XIII

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DEWITT

Un sonido familiar y estridente sonó por toda la habitación. Pasé la mano por la mesita de noche buscando el objeto para desconectar ese ruido horroroso que sonaba todas las mañanas, porque la inteligente de mi memoria se le había olvidado apagar esa alarma programada.

Cuando encontré el teléfono intenté encontrar el botón de apagado a ciegas, sin resultado, al final, del cansancio que tenía decidí tirarlo contra el suelo, en una milésima de segundo me puse en pie por si lo había roto, rogué al cielo que así no fuera porque sino no podría llamar a esa cervatilla.

Saben cuando el teléfono se te cae de una litera e impacta contra el suelo y no se rompe pero después se te cae a un metro del suelo y encima está con moqueta y se te rompe, yo sí, porque es justo lo que me acababa de pasar.

—Odio mi existencia —susurré sin saber que cara poner o si reír o llorar.

Ya estaba levantado así que decidí ir a almorzar antes de que cerraran el buffet. Me vestí con lo primero que encontré y bajé al buffet. Las ocho en punto.

—Creo que en mi vida de vacaciones no había madrugado tanto —musité pensativo.

Entré al restaurante y allí me esperaban todo tipo de alimentos, embutidos, bollería supuestamente casera, cafés, zumos y mil tipos de leches, tenía tanto surtido que no sabía por dónde debía empezar. Al final opté por un café y una tostada con mermelada.

Mi misión de hoy era comprar un nuevo teléfono y llamar a Bambi antes de que pensara que me había raptado, robado o asesinado.

Acabé lo más rápido que pude y salí del hotel con el paraguas abierto, ya que hacía una hora que había empezado a llover.

Caminé durante veinte minutos hasta que encontré una tienda de telefonía. Cuando ya poseía en mis manos el poder de poder llamar a esa chica misteriosa entré al correo y marque los números que me había dejado.

Un pitido.

Dos pitidos.

—¿Hola? —dijo una voz a través de aquel aparato. Su voz sonaba suave, dulce y en ese momento era como música para mis oídos.

—Hola cervatilla sexy —dije emocionado mordiéndome el labio inferior.

—Dewitt, como no. ¿Acaso te habían asesinado?—dijo riendo. Mi nuevo sonido favorito. Su risa, una risa que no iba a olvidar jamás.

—Jaja a mi no, esta mañana sin querer he asesinado a mi teléfono.

—Vaya, no sé si reírme o reírme.

—¡Pues ríete! —contesté.

—No me imaginaba así tu voz, es raro, tantos meses hablando por correo y ahora... ¡Llamándonos! —volvió a reír.

—Yo tampoco me imaginaba tu voz así y sí, es raro que te cagas.

—¡Y es emocionante!

—Y que lo digas. Ahora ya solo queda que nos veamos en persona, en serio, somos tan estúpidos —reí al recordar que ella se había ido a Islandia y yo a Londres.

—Bueno, ¿qué tienes pensado hacer hoy? —preguntó ella curiosa

—Pues la verdad es que no lo sé, ¿qué es lo que me recomiendas cervatilla?

—Dewitt, te aviso con antelación que ahora definitivamente te vas a quedar estéril y encima tendrás que comprarme creo que ya doce helados así que yo de ti, te recomiendo que me digas Bambi a secas —dijo.

—¡Oído mi capitana!

—Puedes ir al National Gallery, es un museo que me encanta y que encima es gratis, aunque la verdad es que la mayoría de museos que visites son gratis.

—Pues allí iré, hoy toca un día cultural.

—¿Y yo, dónde me recomiendas ir? —preguntó.

—Yo te recomiendo ir al Lago Tjörn, es un sitio super bonito, y lleno de alegría, el paseo es tranquilo y cerca del lago también está nuestra Galería Nacional que es preciosa y al lado tienes una iglesia que te recomiendo visitar porqué es muy bonita.

—Me gusta ese plan.

—Y a mí el de ir mirando museos todo el día, ya verás, al final del día seré todo un cerebrito, más de lo que ya soy.

—Ya volvió tú ego al parecer.

—Siempre —dije sonriendo aunque ella no pudiera verme.

—También te recomiendo que visites el Real Observatorio de Greenwich, es super hermoso. Sabías que es el centro de la hora mundial y el punto de inicio de las mediciones cartográficas de longitud, también es posible ver los primeros relojes de Tompion, las salas y estancias del siglo XVII y descubrir cómo se creó el primer telescopio y por último puedes ver la línea del meridiano 0° o sea, es una oportunidad única de poner un pie en el este y otro en el oeste y de pisar la línea longitudinal que divide el mundo desde hace siglos, es que es... Maravilloso —dijo emocionada.

—Parece ser que no soy el único friki.

—Lo sé, no eres el único al que le gusta el espacio.

—¿Hablamos a la noche y nos contamos al final que hemos hecho?

—Claro, será más cómodo, haremos de guías todas las mañanas y luego nos contaremos nuestras aventuras, será divertido.

—Lo será.

—Nos vemos Dewit, adiós —se despidió y colgó.

—Adiós —susurré cuando ya no me oía.

—— ✾ ——

Hola bbs ❤️

Pido perdón, hace mucho que tenía el capítulo trece pero no me daba nunca tiempo y cuando tenía tiempo se me olvidaba 🥲

En fin... Qué soy Dory 😂

Yeyyy al fin Dewitt y Bambi empezaron a hablar 😏😏

¿Creen que estos dos enrolladores de persianas conseguirán verse en algún momento de su existencia?

Jjaja espero que les haya gustado ❤️

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⏰ Última actualización: May 11, 2022 ⏰

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