The Tempestuous Consort - Spanish Version [3]

108. Las piernas están entumecidas

En realidad, la única persona que realmente pudo encontrar a Shen Qingdai fue el hermano Jin. Ella creía que Shen Qingdai se pondría en guardia contra todos menos contra él.

"Por supuesto que estaba llamando a Dai'er. Solo hay un Dai'er en este mundo. ¿A quién más podría estar llamando? Xi Jin miró a Shen Yunya y le dedicó una suave sonrisa. "Pei'er es Dai'er. No pienses demasiado ".

No debería estar pensando tanto. Dai'er ya había sido encontrado. ¿Cómo podría alguien más ser Dai'er? Si estaba indeciso, Ya'er también se comportaría así.

Pensando en ello, la actitud agresiva de Feng Tianlan no se parecía en nada a Dai'er. Pei'er, por otro lado, podría haber sido influenciada por su vida anterior, lo que provocó que su actitud cambiara.

Al escuchar las palabras de Xi Jin, el corazón de Shen Yunya hizo clic cuando dijo con una carcajada: "Está bien. Desde que encontramos a la Hermana Mayor, ¿no es hora de que regresemos? "

No podía seguir comportándose de manera sospechosa sobre su identidad, o de lo contrario el hermano Jin definitivamente se enteraría. Recientemente, ella siguió tratando de convencer al hermano Jin de que Shen Qingdai todavía estaba vivo, y lo llenó de esperanza y desesperación, razón por la cual reconoció a Tu Xiupei.

El hermano Jin era inteligente. Si no regresaban lo antes posible, su plan fallaría una vez que el hermano Jin viese a través de Tu Xiupei.

Además, ahora que Feng Tianlan ya no era sospechoso de la verdadera identidad de Shen Qingdai, decidió no preocuparse por ella por el momento. Pero ella nunca había fallado antes, así que cuando regresaran al Continente Xuantian, y cuando Si Mobai ya no estuviera a su alrededor, enviaría a alguien para asesinar a Feng Tianlan.

Una vez que eso sucediera, no podría representar ninguna amenaza, incluso si realmente fuera Shen Qingdai.

"Bien." Respondió Xi Jin. Si se quedaba más tiempo, temía subvertir sus propias creencias.

*

Feng Tianlan cerró la puerta. Su frente frío y sarcasmo desaparecieron instantáneamente. Ella estaba extremadamente agotada. ¿Qué podía hacer para evitar que Xi Jin fuera lastimado y engañado por otros?

Si esto continuaba, temía no poder contenerlo y revelar algo accidentalmente. Eso arruinaría su vida y la llevaría a un callejón sin salida.

Feng Tianlan se sentó junto a la cama mientras sostenía la mano de Si Mobai, colocándola en su mejilla. "Mobai, ¿qué debo hacer?"

Ella no era lo suficientemente fuerte todavía. Cuando los enfrentó, ni siquiera podía protegerse a sí misma, mucho menos vengarse o proteger a los demás. ¿Cómo iba a luchar junto a Mobai?

Si Mobai permaneció profundamente dormido durante tres días. Cuando se dio la vuelta y abrió los ojos, vio a Feng Tianlan sentada junto a su cama, sosteniendo su mano en la de ella mientras descansaba su cabeza en su palma. La luz naranja de las velas adornaba su rostro, haciéndola mucho más deslumbrante.

Movió su mano ligeramente mientras trataba de retirar su mano de la pequeña de ella. Sin embargo, la vio moverse ligeramente cuando abrió los ojos y lo miró con esos ojos somnolientos. "Mobai".

"Ajá," respondió suavemente Si Mobai. La miró cerrando los ojos una vez más.

Después de un tiempo, Feng Tianlan volvió a abrir los ojos. Ella levantó la cabeza y abrió los ojos, mirando a Si Mobai, quien tenía una sonrisa en su rostro. Ella extendió la mano y le pellizcó la cara incontrolablemente. La cálida sensación hizo que se sintiera despierta por completo. "Mobai, realmente te despertaste".

"Te hice preocupar".

Feng Tianlan negó con la cabeza y se puso de pie. Sin embargo, sus piernas se entumecieron después de dormir boca arriba, lo que provocó que casi se cayera al suelo. Si Mobai se acercó para apoyarla de inmediato. "Lan'er".

"Mis piernas están entumecidas", dijo Feng Tianlan de inmediato.

Si Mobai envolvió sus brazos alrededor de su cintura desde la espalda. Aplicó fuerza a sus brazos y la arrastró de regreso a la cama. Ella cayó encima de él.

"¡Mobai!" Feng Tianlan gritó sorprendido. Ella estaba encima de él, su cara a sólo media pulgada de la de él. Sintió su aliento en la cara y le dio un poco de picazón.