DR. STONE | Headcanons, Oneshots, Escenas.

Pedido 03

No sabía cuánto tiempo había estado creando historias en medio del silencio y la oscuridad, muchas veces incluso creyó que perdería la cordura. Momentos en los que su mente cayó en la idea de que quizás solo había muerto y eso era parte de ello.

Recordando a su familia, amigos... en la vida que solía tener.

Sin embargo, un día más en el que pensó no volver a ver más la luz ésta llegó cómo una llameante bola a sus ojos, tras el sonido de lo que parecía ser el mineral que la cubría y en ése entonces la dejaba al descubierto ante un ambiente completamente desconocido para ella.

Miró su cuerpo y todo parecía igual, hasta que notó algunas marcas similares a grietas a un costado de su cintura que iban cómo remolinos en su piel. Fuera de eso, se sentía igual o incluso mejor de aquél día en que la oscuridad y la nada la cubrió por completo.

Oh... pero claro que había un detalle muchísimo más importante que esas marcas y era que ¡No sabía dónde rayos estaba o por qué se encontraba así!

¿Qué había pasado si quiera durante todo ése tiempo?

No pudo seguir intentando descifrar nada más porqué fue entonces que se dió cuenta que aquél radiante sol se había ocultado un poco, dejándole paso a las nubes que ahora derramaron gruesas gotas sobre ella.

—No puede ser... —se quejó abrazándose así misma y corriendo hacia los árboles en busca de algún refugio.

Fue entonces que sin esperarlo olió el humo estilando de algún lugar y lo siguió, claramente nerviosa de qué pudiese encontrar sin embargo, topándose con un chico que a lo lejos parecía estar maniobrando meticulosamente una sustancia amarillenta.

Se emocionó un poco al saber que no se encontraba sola pero tuvo ligeros conflictos en sí salir o no.

—¿Entonces alguien más ha despertado? —oyó de pronto.

No tuvo de otra que asomarse tras el árbol que cubría su desnudez, asintiendo ante el chico de fuertes ojos carmín que portaba una sonrisa pícara en sus labios.

—No sé dónde estoy ni que ha sucedido... —dijo apenas, intentando no alejarse cuándo él decidió avanzar hasta su punto—. Solo salí cómo de un cascarón en medio de la nada...

—Bueno, básicamente no en medio de la nada —concluyó el otro con una mano en su mentón y mirada apuntando a lo alto—. Eres la segunda en despertar, te doy la bienvenida.

—¿La segunda? —murmura pensativa.

—Así es, el único humano en todo el lugar. Soy Ishigami Senku —hizo una ligera pausa y la miro—. O eso era hasta ti.

La risa que prosiguió a eso logró hacerle calmar un poco, además del reconfortante hecho de ver que el chico parecía agradable y que de ser las únicas personas por el momento no sería tan terrible.

—¿Entonces quieres despertar a tu amigo? —preguntó junto a la fogata, abrazando sus piernas e intentando que la cobija hecha de piel la cubriera lo suficiente, aunque no fuera de su total agrado claro.

—Por supuesto, cómo has podido notar carezco de músculo —apuntó, removiendo los vegetales en la sopa que hacían—. Y él tiene de sobra, será de gran ayuda si queremos regresar a toda la humanidad.

T/N lo miró incrédula, no creyendo que fuese ese el verdadero motivo. Sabiendo que el chico de seguro ha de extrañar a dicho amigo.

—Ya claro... —sonrió ocultando su rostro en la tersa piel—. En ese caso ¿estaremos intentando crear el antídoto durante un tiempo?