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Observe con detenimiento la habitación. Una cama, armario, baño propio y un gran espacio el cual podría ocupar para mis cosas. Resignada me tumbe en la cómoda cama que no hizo mas que dejar que soltara un suspiro de cansancio. Cansancio de rogar, de suplicar, de todo. Las cosas serian diferentes, todo seria diferente; Iniciar desde cero sera difícil, pero no imposible como dice mi madre.


-¿Desempacaste, ya?- la voz de mi madre me hizo volver a la realidad de divagar en mis pensamientos. La mire y negué dos veces antes de que ella saliera de la habitación.


Me puse de pie y deje que la ventisca que se colaba desde mi ventana helara mis huesos, camine hasta ella y pude apreciar una linda vista de un vecindario de apariencia amigable.


No empezamos mal.


Tome mi maleta y la abrí, sonreí simultáneamente al ver lo que mis ojos deseaban ver con ansias; las fotografías de mis amigos descansaban en primera fila de la pila de ropa que allí se encontraba. Las tome en mis dedos sintiendo el tibio tacto. Los extraño, chicos.

Mordí mi labio al recordar el chico de ojos esmeralda de mi vuelo. Aquella voz sigue impregnada en mi memoria. Suspire pesadamente y me resigne a la realidad de que no soy lo suficiente para ningún chico. Y me siento bien así.


Desempaque toda mi maleta, acomodándola ordenadamente en mi armario. Observe las cajas en mi habitación y comencé a organizar y hacer de mi antigua habitación una mejor, coloque lamparitas de navidad por las paredes, pero me concentre mas en pegar todas las fotografías en Canadá. Coloque algo de música y comencé a moverme raramente por la habitación. Pasaban las horas y por fin pude finalizar, pase mi muñeca por mi frente quitando la gotitas de sudor que emanaba mi cuerpo ante el esfuerzo físico. Mi celular vibro y la imagen de Sara apareció en la pantalla.


Maldita, te extraño demasiado. xox

Sonreí y me apresure a teclear la respuesta.

Yo a ti, a todos. He acabado de arreglar mi nueva habitación. Londres no va mal hasta ahora.

Segundos después.

Luego nos envías foto, tengo que irme; te llamo luego linda xox


Bloquee mi celular y sonreí de lado. Salí de mi habitación bajando las gradas rápidamente, pues mi garganta estaba como un desierto.


-¿Tienes hambre?-mama apareció en mi visión al salir de la cocina mientras palmeaba sus manos.


Asentí mientras me sentaba en la mesa. Mi madre compro la casa amueblada a gusto, se dio el lujo de escoger los muebles gastándose mucho dinero, pero no quería acarrear con nuestras cosas de Canadá, una pequeña sospecha de ser por la memoria de mi Padre. Solo que no se como sentirme al respecto.


-Es linda, la casa.


-Sabia que te gustaría- sonríe- Quería avisarte que mañana en la tarde vendrán almorzar unos amigos, son viejos amigos de la preparatoria.


Asentí leve mientras recordaba que mi madre había estudiado en Londres.


RulesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora