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-Volviste a dejar la ventana abierta, bobo

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-Volviste a dejar la ventana abierta, bobo.

Beomgyu soltó un fuerte grito de frustración que sonaba amortiguado gracias a la almohada. No era porque Hueningkai le estaba despertando temprano un domingo, sino porque Lea llevaba toda la semana dándoles muchas horas de clase para compensar los dos días que no pudo darles por la mañana. Ya estaba cansado de tantas matemáticas, análisis sintáctico de oraciones y de aprender palabras en inglés que ni sabía pronunciar. Y para colmo olvidó informarle a Soobin que no podía ir al muelle, aunque lo dejó pasar pensando que ya lo verá cuando pueda.

-Me duele el cerebrooooo -se quejó mientras pataleaba.

-Hyung, hoy no hay clase.

El castaño alzó la cabeza algo extrañado-. ¿Entonces?

-Noona dijo que debíamos ayudar a recoger el aula -informó el menor mientras abría el armario de Beomgyu para sacarle cualquier prenda.

Y así, este empezó a cambiarse sin ganas, importándole poco que su amigo siguiera ahí. Él y Hueningkai llevaban tantos años siendo amigos que habían desarrollado ese tipo de confianza, eran casi como hermanos.

-¿Cómo está Bahiyyih? -preguntó una vez terminó de vestirse. La pequeña había enfermado hace 2 días, y fue fácil enterarse pues no venía junto a Hueningkai para despertarlo.

Aunque la familia Huening no salió muy afectada de todo lo ocurrido, eso no significaba que los miembros de estas estuvieran completamente ilesos. Si bien la mamá de Hueningkai no sufrió tanto como otros adultos, parte de su abdomen quedó en mal estado justo cuando estaba embarazada de Bahiyyih, y como consecuencia el feto tuvo algunas complicaciones. Aún así, la pequeña logró nacer sana y salva, pero todo con la preocupante consecuencia de tener un cuerpito débil, siendo propensa a enfermar constantemente o incluso a estar cansada sin razón.

Aunque su salud estaba siendo cuidadosamente controlada, nunca faltaba la preocupación del resto. Después de todo es la única niña pequeña que quedaba en el pueblo, y verla corretear por ahí daba una sensación refrescante a todos esos adultos que lamentaban la ausencia de niñitos juguetones pasándoselo bien por el pueblo.

-Parece que hoy está mejor. Calculo que en unos 2 o 3 días volverá a acompañarme para molestarte.

-Ella no molesta, tú sí -bromeó divertido.

-¿Que molesto dices? -Hueningkai alzó una ceja recordando esos momentitos donde Beomgyu era muy cariñoso con él-. Luego te pones todo sentimental y me dices lo mucho que me quieres -recordó haciendo un puchero.

-No podría vivir sin ti~

-¡Ahí vas de nuevo!

-Jeje~

Salieron del hogar de Beomgyu entre risas, y fueron a paso lento hacia el colegio, pausando varias veces para saludar a cualquier persona que se cruzaban, o incluso para entretenerse con algunas burbujitas. Todo con tal de mantenerse algo distraídos en el trayecto y retrasar lo más que puedan la llegada al colegio.

𝐄l 𝐒ecreto 𝐃e 𝐔do┋ˢᵒᵒᵍʸᵘ ·۫Donde viven las historias. Descúbrelo ahora