-¿Crees que soy un monstruo?. -Preguntó con voz baja y desanimada, con la mirada perdida en algún punto de la habitación.
-No, no, tú no eres un monstruo. -Tomó sus mejillas entre sus manos haciendo que mirase sus ojos. -El monstruo se ha ido, ahora...
Una chica pelinegra se encontraba caminando sola por la calle durante la noche cuando sintió que alguien la seguía, miró sobre su hombro y lo confirmó, un hombre la estaba siguiendo.
Pensó unos segundos en qué podía hacer hasta que se adentró a un callejón algo oscuro, ocultándose un poco detrás de una pared y esperando a la persona que la seguía.
El hombre entró al callejón y miró a todas partes algo confundido por no ver a la mujer, caminó un poco y al estar al lado de esa pared, la pelinegra tomó su brazo y le hizo una llave empujándolo contra la pared donde la luz le daba perfectamente, era un hombre rubio, alto y de ojos azules que al instante reconoció fácilmente gracias a las noticias que había visto esa mañana.
—¿Capitán América?, ¿Qué cree que está haciendo?.
—Buscándote.
—¿Buscándome?. Lo siento, creo que se confunde de persona.
—No, estoy seguro de que te busco a ti, Melek Maximoff —Al oír aquél nombre, la chica cambió su semblante pues era el nombre que siempre escuchaba en sus sueños.
—¿Perdón?. No tengo la menor idea de quién es Melek, pero me presento, mi nombre es Elodie García.
—Eres tú, Melek. Tus hermanos te buscan...
—¿Qué?. No, yo no... —Lo miró y apretó más su agarre pegándolo más a la pared —Yo no tengo hermanos.
—No los recuerdas, lo sé, pero ellos a ti si, y están buscándote desde hace mucho tiempo... Solo sueltame y déjame explicarte, ¿Está bien?. —Lo pensó unos segundos hasta que por fin decidió que hacer y lo soltó dando un paso hacia atrás. Steve solo se dió la vuelta para quedar frente a ella —Tus hermanos son Wanda y Pietro Maximoff, no los recuerdas, pero creo que esto te ayudará a poder hacerlo —Sacó una fotografía del bolsillo de su chaqueta y se la entregó. Eran ellos, los tres cuando eran niños, justo en su cumpleaños número diez.
La pelinegra tomó la fotografía y al verlos bien muchos recuerdos llegaron a su cabeza, provocando que perdiera fuerza en sus piernas dejándose caer de rodillas, su contrario solo pudo detenerla un poco para que no se lastimara y se puso en cuclillas frente a ella.
—¿Ahora los reconoces?.
—Wanda, Pietro... Tengo hermanos...
—Si, y han estado buscándote durante años.
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—¿Me han estado siguiendo desde hace meses?. —Cuestionó la pelinegra ya en su departamento caminando de un lado a otro frente a Steve, quién estaba sentado sobre el sofá de la sala.
—Shield debía asegurarse de que fueras inofensiva y hayas dejado atrás tu pasado. Y después de tiempo de seguirte y vigilarte en silencio, por fin decidieron acercarse.
—¿Ellos lo saben?.
—No, ellos aún no saben que te encontraron, no hasta que vayas conmigo.
