Un día en el trabajo

545 25 8
                                    

   Era un día bastante frenético para algunos, bastante tranquilo para otros y muy preocupante para pocos. Juanin estaba en él estudió un poco histérico, dentro de unos minutos comenzaría el programa y aún no estaban listos—¡HEY TÚ! ¡PONTE A TRABAJAR! ¡Y TÚ! ¡NO ESTAS DE VACACIONES! ¡MUÉVETE! —grita el albino a los tramoyas que no ayudan en casi nada— Bodoque ¿Ya entregaste tu nota? —pregunto Juanin tratando de sonar sereno—Sí, sí, Juanin, ya lo entregué. —contesto Bodoque de mala gana con una taza de café en la mano—Bien... Patana ¿Ya entregaste tu reality show? — le pregunto a Patana que paseaba por el lugar en busca de algo— Si Juanin, lo deje en tu escritorio, no te preocupes. —dijo de forma tranquila para calmar a su compañero para después seguir su camino.

   —Está bien. Tenemos casi todo listo, solo faltan esas luces, el entrevistando y Tulio —dijo Juanin tratando de mantener la calma y tachando cosas en su porta papeles—. Espero que allá encontrado niñera. —hablo Juanin en voz baja, preocupado por su amigo y su nueva responsabilidad—¡Juanin! —se escuchó un grito que llamaba al albino, este al voltear se encuentra con Tulio, que venía corriendo hacia él—¡Tenemos un problema! —dijo Tulio muy preocupado cargando a Julián en brazos, que se puso feliz al ver el albino— ¡¡TRAJISTE A JULIÁN!! —grito preocupado y un poco enojado— Sí, soy un idiota, no le conseguí niñera y la dama de lleves no estaba disponible. —se culpaba a si mismo Tulio, mientras se golpeaba con la palma de su mano su frente para después cubrir su cara indignado de sí mismo—Solo dame a Julián —dijo el albino extendiendo los brazos para cargar a Julián—. Escucha, yo me encargo de Julián mientras tanto tú te encargas de animar el programa ¿Está bien? —dijo el albino cargando a Julián, se le escuchaba muy seguro y calmado, pero en realidad estaba hundido en el estrés—Está bien. —asintió Tulio, que se va apenado a su puesto.

   —Bueno ¿Ahora qué haré contigo? —se pregunta a sí mismo el albino, viendo a la guagua que le sonreía y balbuceaba—Juanin ¿En dónde está el café? Necesito una quinta taza para... —se queda en silencio unos segundos al ver al bebé en el estudio y en manos de su compañero—¡¿PERO QUE HACÉ EL BEBÉ AQUÍ?! —grito el conejo enojado y sorprendido al albino, asustando a la guagua que se aferró a Juanin—Tulio no encontró niñera para cuidarlo, no tuvo otra opción más que traerlo aquí. —explico Juanin tratando de guardar la poca calma que le quedaba—Ese imbécil. —susurro en vos baja el enojado conejo rojo, para después dirigirse hacia el puesto de Tulio.

   —¡Tulio! —grito el apostador para llamar la atención del narcisista—Oh, hola Juan Carlos ¿Cómo est... —no pudo terminar, Bodoque le dio un golpe muy fuerte en la mejilla —Auch... Bodoque ¿Qué te pasa? —pregunto muy confundido y dolorido por el golpe, sobándose la mejilla alejándose un poco de Juan Carlos—¿Qué te pasa a ti animal? No puedes traer un bebé al trabajo. —lo regañó con furia al narcisista, llamando la atención del chismoso de Policarpo, que con curiosidad se acerca a ver—top top top top top ¿Por qué están peleando ahora ustedes dos? —pregunto el calvo con mucha curiosidad—Nada Poli, solo una idiotez que hizo este idiota. —contesto Bodoque un poco enojado—Oh, está bien, eso ya no es novedad. —hablo Poli sin interés para después irse a otro lado.

   Mientras tantos Tulio y Bodoque discutían, Juanin cuidaba a Julián, que lo miraba con curiosidad a su padre que estaba limpiando el estudio. El albino trataba de que la guagua no llamara tanto la atención, pero por mala suerte, la canasta que usaban como cuna llamo la atención de los tramoyas, que fueron con curiosidad a interrogar a Juanin—¿Qué hay en la canasta, Juanin? —pregunto uno de los tramoyas tratando de ver el contenido de la canasta—No hay nada, vete a trabajar, falta minutos, no, segundos para que empiece el programa. —contesto el albino alejándoles la canasta con nervios—Seguro tiene comida adentró y no nos quiere dar—dijo uno de ellos a sus compañeros poniéndolo aún más nervioso a Juanin.

Que loco, 3 padres (31 minutos)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora