Prólogo

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Mis zapatos de tacón repiquetean contra el suelo del aeropuerto y las manos me sudan de los nervios.

Acomodo por quinta vez la correa de mi mochila que cae de mi hombro mientras que con mi otra mano arrastro mi maleta hasta llegar a un taxi.

- Buenos días.

El taxista me saluda mientras sube mis cosas al portaequipaje.

- Buenos días - murmuró.

- ¿A dónde se dirige?

- ¿Me puede llevar hasta la universidad de Columbia?

- En camino.


El taxi se pone en marcha y veo como nos alejamos del aeropuerto, suspiro mientras veo como nos adentramos en las grandes calles de Nueva York.

El tráfico de la gran manzana es un asco, llevamos como una hora parados y los bocinazos no se han hecho esperar, son una molestia infinita y la imprudencia de las personas me sorprende, el taxista ha frenado de golpe en varias ocasiones ya que si no es un imprudente el que se cruza, es un imprudente en bicicleta o un perro.

Veo como algunas tiendas aún tienen adornos navideños y otras ya los están sacando. La nieve ya es escasa, pero el frío es terrible, dicen que febrero es el mes en que más frío hace, sobre todo las primeras dos semanas y para esta ser la primera semana de marzo siento que estoy dentro de un congelador.

***

Estoy asombrada, nunca creí que la universidad de Columbia fuera tan grande - perdonen mi ignorancia- entró a la residencia que me asignaron y me acerco hasta el mostrador donde hay cuatro chicas, dos de ellas están detrás del mostrador y las otras dos están a un lado discutiendo o mejor dicho gritando.

Me acerco a la chica que está libre y ella me recibe con una enorme sonrisa.

- Hola! Bienvenida, ¿en que te puedo ayudar?

En estos momentos le agradezco a mi papá por haberme obligado a tomar esos cursos intensivos de inglés.

- Hola, necesito saber en qué habitación estoy y mi horario, por favor

- En seguida - ella teclea algo en su computador antes de volver a hablarme- necesito tu nombre.

- Luciana Gómez.

- Eres nueva, ¿verdad?

- Si, este es mi primer año.

- Genial - veo como saca papel tras papel - Bienvenida a la universidad de Columbia, mi nombre es Savannah Carrington y soy la supervisora de esta residencia, cualquier duda o pregunta no dudes en venir - Deja tres documentos frente mi.

>> Necesito que firmes esto antes de que vayas a tu habitación. El primero es el ingreso a la residencia, el segundo la entrega de tu llave y habitación y el tercero es tu seguro estudiantil<<

Firmó lo que ella me dio, pero no sin antes haberle dado una rápida leída.

- Una pregunta - ella me mira mientras le entregó el tercer documento - ¿ es así siempre? - señaló a las chicas que siguen discutiendo

- A veces es peor - hace una mueca -. Bien, tienes una beca del 50% por lo que el restante debes pagarlo acá, eso abarca lo que es residencia, cafetería, lavandería y universidad - asiento- habitación 208 segundo piso, es individual, ten tu llave y horario- me entrega un llavero con el logo de la universidad y de él cuelgan dos llaves y me da mi horario, pero hay más todavía.

>> este es el reglamento de la residencia, horario de lavandería, horario de visitas, duchas y baños no tienen horarios, llegada a la residencia tampoco, no nos hacemos cargo por pérdidas, es tu responsabilidad mantener asegurada tu habitación, en caso de que algún visitante se quede a alojar debes avisar con antelación y no puede ser por más de 24 hrs<<

Asiento, dudo que alguien me quiera visitar.

- Pues gracias.

- De nada. Y Bienvenida nuevamente.


Subo las escaleras y al llegar al final de estas siento la falta de aire - que vergüenza, pero en mi defensa el equipaje está pesado y el tener una de mis manos ocupadas no ayuda mucho - como puedo camino en busca de mi habitación, la cual queda al final del pasillo.

Abro la puerta y observó la que será mi nuevo hogar por cuatro años, ya es un hecho y tiene significado: Nueva vida y un nuevo comienzo. 

Dejemos de ser DesconocidosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora