Capítulo 1

4 0 0
                                    


Luciana

Un año después

Aun se me hace algo extraño tener que escanear vibradores mientras los y las clientes me preguntan si son buenos o si ya los he usado, amigos es un maldito vibrador es muy obvio que al meterlo donde sea que te lo metas o vayas a meter será bueno.

Término de atender a la chica que vino por su vibrador y suspiro mientras observo a una señora de alrededor de cincuenta años viendo látigos, no quiero ni pensar a quien le dará con eso.

Observo la hora en mi teléfono son las 18:00 de la tarde y aun me quedan cuatro horas para el cambio de turno. Al ser una tienda erótica o sex shop como quieran llamarle, su horario de atención es más extendido, ya que a partir de las 22:00 horas se legaliza lo prohibido, es decir, la venta de películas porno y en lo personal odio ese horario asique agradezco de tener un cambio de turno a esa hora.

La señora cincuentona se acerca a mí con un látigo de cuero y un disfraz de... ¿policía?

Espero y no me vaya a dar a mi con el látigo.

- Hola linda- me sonríe - llevo esto.

- En seguida.

Escaneo el látigo y el disfraz para luego darle su precio. 

- Es una tienda bastante interesante - me entrega el dinero - con mi esposo queremos experimentar cosas nuevas ahora que vivimos solos.

- Mmm... supongo que eso está... bien.

- Él tiene sesenta y para su edad es bastante activo - ella sube y levanta sus cejas - y este látigo promete mucho, ¿crees que el disfraz me quede bien?.

- Le quedara de maravilla. 

Ya me perturbe.

Le entregó su látigo y su cambio para que se vaya rápido y así no me cuente qué más hace con su marido no quiero ni pensar que más le hace al pobre hombre.

***

- Dime que es una broma. 

Quiero llorar y patalear. Solo quedan cinco minutos para las diez y Arthur el dueño de la tienda con el que cambió de turno me acaba de llamar para decirme que tardará en llegar una media hora o quizás más y como ya dije yo ODIO el turno de las diez.

Dejo mi teléfono de lado y observó la tienda vacía, pero sé que queda la nada misma para que hombres entren por esa puerta en busca de sus películas favoritas. Arthur por favor date prisa.

En el tiempo que llevo trabajando acá han sido pocas las veces que he tenido que hacer el turno de la diez y han sido ocasiones solamente especiales, ya sea por algún motivo en particular o cuando Arthur me pide el cambio de emergencia por algún motivo o problema con su hija.

Durante el primer mes tuve que aprenderme los nombres y el funcionamiento de los diferentes tipos de consoladores, vibradores, lubricantes, esposas y muchas cosas más, además de vender juguetes sexuales también hay un área de lencería bastante bonita y de calidad, y aunque no lo crean es lo que más ventas tiene, hasta yo he comprado de esa ropa interior y lo mejor es que se me permite descuento.

Ahora quiero aclarar que solo he comprado ropa interior, mis intenciones con juguetes, esposas y látigos son nulas ya bastante trauma tengo con las historias de algunas clientas.

Hace una semana llegó una chica de como veinticinco años y me contó su historia de ella y unas bolas vibradoras atascadas en su zona íntima, ahora si comparamos esa con la historia de la sugar mommy, gana la de la sugar con la pérdida de la llave de las esposas y la policía llegando al rescate.

Dejemos de ser DesconocidosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora