𝑪𝒂𝒑í𝒕𝒖𝒍𝒐 𝒔𝒆𝒊𝒔.

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Noviembre de 1982.

Camino hacia el patio.

Hoy tenía el día libre, ser el sheriff en un lugar como Sunnyvale no era precisamente complicado, Shadyside era el que solía traer problemas pero nada grave.

Estos días han sido tranquilos.

Decidieron nombrarme sheriff después de lo que pasó en el campamento, era algo que ya se esperaba que pasara eventualmente, pero después de eso decidieron adelantarlo.

Mis amigos están alrededor de la piscina, pero yo me siento en una silla lejos de ellos.

He vuelto a la normalidad, no significa que no la extrañe menos o que no tenga ese dolor constante que viene con sus recuerdos, pero he aprendido a vivir con ello.

Su rostro es algo que me viene constantemente a la mente y todavía tengo pesadillas sobre lo que pasó, especialmente aquellas en las que está muerta y no vuelve.

Siento un dolor en el pecho sólo de pensarlo.

Me pregunto si ella está bien...

"Nick", la voz de Becca me saca de mis pensamientos.

Rebecca "Becca" se había mudado a Sunnyvale hace un año y se adaptó rápidamente, se hizo amiga de Becky y ella la presentó al grupo.

Ella es como la nueva Sheila pero mejor en todos los sentidos.

"¿Por qué no vas a la piscina con nosotros?", me pregunta.

Realmente no tenía una buena razón.

Bueno sí, no quiero socializar.

"Tal vez más tarde", respondo para que no intente convencerme.

Ella me sonríe.

Es linda y todos mis amigos me dijeron que estaba interesada en mí, pero el problema es que yo no estoy interesado en ella. De todos modos, nunca me dijo nada, pero me di cuenta.

Da unos pasos hacia la piscina pero se detiene.

La oigo suspirar.

Por favor, no lo hagas.

Se da la vuelta.

"¿Alguna vez saldrías conmigo?"

"¿Alguna vez besarías a la chica rara?"

El recuerdo de ese momento pasa por mi mente, sus ojos, sus labios...

"Salimos todo el tiempo", respondo, haciéndome el tonto.

Una risa nerviosa escapa de sus labios.

No es que nunca haya rechazado a alguien, pero ella se había convertido en mi amiga.

"Quiero decir...", deja la frase en el aire.

Levanto las cejas, esperando que continúe pero se limita a mirarme durante unos segundos y luego niega.

"Sólo necesito ayuda porque se acerca el cumpleaños de Will y no sé qué regalarle", dice.

La conozco lo suficiente como para saber que está mintiendo pero prefiero dejarlo pasar para no herirla.

Le regalo una sonrisa.

"Si no estoy trabajando prometo ayudarte", ella asiente y gira para volver a la piscina.

Julio de 1983

Entro a la habitación vacía de la casa, mis amigos me estaban ayudando a organizar la casa porque tenemos un montón de cosas que no usamos pero que según mi madre "tienen valor sentimental".

𝑼𝒏𝒂 𝒗𝒆𝒛 𝒎á𝒔 | 𝐙𝐢𝐜𝐤 [𝐍𝐢𝐜𝐤 𝐲 𝐙𝐢𝐠𝐠𝐲] ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora