𝟎𝟎𝟖| Olor.

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Los días habían pasado rápido, me había acoplado a la escuela, me había vuelto más social y conocí a más gente durante este tiempo. El aniversario de mamá y mi hermano estaba a tan solo semana y media, y aunque hasta ahora SuHo sabía la verdad, era una sensación que no me hacía sentir insegura, incluso en momentos a su lado, me hace pensar que es como un hermano para mí. Con SeoJun había avanzado a saludarnos diariamente, aunque el hecho de que comenzara a gustarme más, comenzaba a ponerme muy nerviosa, y más ante las visibles indirectas directas que muestra a Joo-Kyung, él gustaba de ella y aunque eso no me hacía sentir ningún resentimiento a ninguno de los dos, me hacía sentir triste y atormentada cada que ambos pasaban más tiempo juntos.

Acompañaba a Joo-Kyung para irnos al curso de literatura después de ir a comprar unos cuadernillos nuevos, al doblar la esquina de una calle poco transcurrida ya que según Joo-Kyung era un atajo directo a la academia, mi rodilla comenzaba a palpitar de tanto caminar haciéndome pensar que realmente este no era el mejor camino. En ese momento un grupo de chicos nos comenzaron a rodear.

—Ella debe ser la novia de SeoJun— mencionó uno con gracia mirando a Joo-Kyung. Sostenía un teléfono y giró a verme también— y ella debe ser una de sus amigas íntimas. Aunque se me hace algo familiar.

—Joo-Kyung, tengo una idea— le hablé en un susurro—. Estamos cerca, ¿cierto?—Joo-Kyung asintió— Necesito que corras, corre lo más rápido posible y avísale a los chicos que necesito algo de ayuda si no llego pronto— reconocía a estos chicos por la vez que siguieron a SeoJun eran rápidos y demasiados mi rodilla no lo soportaría, maldita sea, ahora estábamos enredadas en sus idioteces.

—No puedo dejarte sola, yo-

—Joo-Kyung, piénsalo. Puedo defenderme pero sé que eres un tanto más de dar abrazos en ese aspecto. Solo hazme caso y corre, a las de 3...— comencé a quitarme mi mochila— 1...— susurré para ella— 2... — aventé mi mochila y mi suéter a quienes estaban enfrente— 3! ¡Ahora, corre!

Había tenido que aprender varios deportes que ocuparan fuerza muscular para que mis piernas se volvieran más fuertes por su cuenta, eso incluye algunas artes marciales. Por supuesto no era muy buena, no dedicaba demasiado tiempo a ello, pero quizá podía detener a uno que otro para que Joo-Kyung pueda escapar y llamar a los chicos.

Joo-Kyung salió corriendo tan pronto pudo, el idiota que había hablado y parecía el jefe del grupo gritó que unos siguieran a Joo-Kyung. Un chico se acercó a mí con intenciones de atraparme, pero alejé a este un poco con una patada al pecho, por suerte habían ciertas cosas que podían ser de ayuda, cajas de cartón y una que otra botella de vidrio que lanzar. Al romper una para que estos retrocedieran los aleje de la salida del callejón y comencé a correr en la dirección en la que Joo-Kyung se fue, recogí mi mochila sin poder alcanzar mi suéter dejándolo ahí.

Los 2 chicos que se habían quedado para atraparme comenzaban a seguirme gritándome una que otra obscenidad del enojo. Mi rodilla comenzaba a punzar a cada paso que seguía, en un momento esta dejó de reaccionar y caí al suelo abruptamente, mi mejilla y frente ardían como los mil demonios pero no podía ser atrapada, sería en vano y no sabía que tipo de cosas nos harían aquellas personas. 

Me arrastré a un lugar en espera de que no me encontraran justo detrás de unas cuantas cajas de basura, habían pasado unos segundos y los chicos que me perseguían me buscaban entre los posibles escondites de la calle pero se detuvieron al recibir una llamada.  Saqué ligeramente mi rostro por un pequeño orificio y observé a los dos tipos altos, uno sostenía mi suéter mientras lo olía...raro, y el otro contestaba su teléfono.

—¿En el karaoke?— dijo el chico con su respiración agitada— no, esa maldita loca logró irse, pero...al menos la tenemos a ella, y es más importante.

To the love for whom I wrote| H SeoJun (En Edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora