LIBRO I DE LA TRILOGÍA «CADENAS»
El padre de Willow está enfermo de cáncer y necesita dinero para la operación. Desde pequeña le enseñaron que la familia es una de las cosas más importantes que existen y es por eso que ayudadarlos en uno de los mome...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Alexey
-Tranquilízate, por favor. Estoy seguro de que tu padre mejorará. Si ha aguantado un año, puede aguantar un poco más-le digo con toda la suavidad que me es permitida.
Por un momento creo que fui muy brusco porque ella salta en su asiento, sin embargo, luego me doy cuenta que estaba demasiado metida en su cabeza como para prestarme atención.
-Tengo mucho miedo, mi padre ha soportado mucho en estos meses-dice con la voz quebrada.
Paso una mano por mi cabello y cierro los ojos preguntándome si me voy a arrepentir más delante de decir lo que diré a continuación.
-Mi padre me decía de pequeño que los verdaderos valientes son los que se atreven a soportar todo lo que venga sin condiciones. Tu padre lo ha hecho, Willow. No todo el mundo soporta un cáncer. Él es un valiente.
Se tapa la cara con las dos manos y su cuerpo se sacude del llanto que la toma.
Cuando la veía de lejos siempre me pareció fuerte e inquebrantable porque llevaba el peso de su familia: trabajo, universidad y aparte su vida privada, esta última no era que la vivía mucho, pero sí que la sobrellevaba. Algo que no sabía que todavía estaba intacto en mi se rompe porque hoy me ha demostrado que hasta el más fuerte tiene su punto de quiebre.
Joder, que ahora temo por verme como ella en un futuro.
-¿Puedo dormir un rato en la habitación?-pregunta sorbiendo la nariz.
Asiento y levanto una mano para llamar la atención de Rosalind, mi azafata privada.
-Llévala a la habitación y ayúdala en todo lo que necesite-le ordeno.
Mira entre ella y yo, y cuando ve la amenaza latente en esto inclina la cabeza de acuerdo y con una mano le muestra el camino. Willow me da sonrisa de boca cerrada y antes de irse me da un beso en los labios.
-Gracias por esto-susurra y se muerde el labio inferior.
-Ve-le digo luego de pasar un dedo por su pequeña nariz.
Rosalind mira la escena incrédula y a paso fuerte la guía.
No sé en qué pensaba al acostarme con tantas mujeres locas, pero sé que cuerdo no estaba. Rosalind es hija de una de las amigas de mamá. Siempre quiso trabajar como azafata; su padre como todo hombre de Bratva que quiere cuidar lo suyo se lo negó. Eso fue hasta que mi santa madre intercedió porque justamente en se tiempo acababa de comprar el jet y por razones obvias necesito un personal que solo me sirva a mi porque de lo contrario corro riesgos que no me son permitidos.
Lastimosamente no tardé en meterla en mi cama. Es buena chupando, pero una completa mierda a la hora de dirigirse a las personas. Se creé la última Coca-Cola y por mi no hay ningún maldito problema. Claro, eso será hasta que se meta de más donde no le incumbe.