Capítulo III: Compromiso (Parte II)

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Isabella

No podía negar que papá tenía buen gusto. Todo estaba realmente hermoso. La música, la decoración, la comida. Todo era digno de un compromiso de ensueño, lástima que sea más parecido a una pesadilla.

Mientras miraba al hombre cerca de mí me era imposible no sentir tristeza por lo que me esperaba a su lado. Sus palabras me habían dejado muy en claro que no le importaba lo que pensara.

Maximiliano Wolf, muy sutilmente, había demostrado su verdadera faceta. Aquella que lo dejaba como un asesino, uno muy sangriento.

Una persona sin escrúpulos, como la mayoría en este lugar, y, es más, podía asegurar que lo único que le importaba era el poder sumado al dinero.

Los invitados iban y venían saludándolo como si fuese lo más importante, debía reconocer que me había sorprendido que siguiese parado al lado mío cuando podía irse tranquilamente a cualquier otro.

Lo escuche hablar. Su voz tan gruesa y varonil no dejaba de mandarme electricidad a todo el cuerpo. Me gire para poder mirarlo a la cara. No fueron muchas las palabras que compartimos antes de tener que pasar a la mesa.

Sentí su presencia cuando se ubicó al lado mío reparándome, para luego centrarse en su amigo, quien no dejaba de susurrarle cosas.

—¿Tienes un hermano? — tome aire y le hable.

Había recordado las palabras de mi padre.

—Sí — respondió prestándome atención —. Samuel.

Nombre de ángel.

—¿Por qué no vino?

Necesitaba hablar con alguien o iba a volverme completamente loca entre tanta gente falsa.

—Universidad.

Una simple palabra bastó para que tuviera todo mi interés.

—¿Qué estudia?

—Bioquímica – responde.

Creo que pudo notar la ilusión en mis ojos cuando me gire completamente. No creía en las casualidades y esa respuesta me dio esperanzas.

—¿Enserio? — eleve la voz sin darme cuenta. Grave error —. Mi sueño es poder estudiar lo mismo, es algo que me fascina realmente.

Me dedico una sonrisa sincera. La primera de la noche. Y por primera vez, se sintió bien contarle mi sueño a alguien que no sea mi mejor amiga o mi casi hermano.

Amaba todo lo relacionado con la bioquímica. Los compuestos químicos, las cadenas de átomos, las partículas, la forma tan fascinante en que se puede modificar un ADN.

En mi tiempo libre, la mayor parte de mi vida en realidad, me he dedicado a leer todo lo que existe sobre eso. Tengo colecciones enteras de libros...

—¿Desde cuándo las mujeres de la familia aspiran a tal ridiculez? — habló mi tío Iskender sacándome de mis pensamientos.

No pude evitar regalarme mi peor mirada. El rostro me hervía por la rabia que su simple comentario me generó.

Tanda de machistas.

—¡No es ninguna ridiculez! — alegue.

No era mi intención entrar en una discusión con alguien que está tres siglos atrasado, pero odiaba el machismo que manejaban en mi familia.

Odiaba el machismo que se manejaba en nuestro mundo en realidad. Machismo por el cual hoy estaba siendo comprometida y no entrenada para ser la sucesora de mí padre.

Rojo CarmesíDonde viven las historias. Descúbrelo ahora