Tras haberse duchado con gel con aroma de frambuesas , toda una experiencia, y lavado su pelo con champú natural de miel, Britania se dirigió a la cocina de su amiga Jane, dando brincos y dejando que su melena notara los efectos del champú que la hacía parecer incluso bonita.
La casa olía a tostadas recién hechas y mantequilla. La mermelada de melocotón relucía en su cuenco de vidrio sobre la mesa y el zumo de naranja salpicaba los vasos donde Lucille y Jane la esperaban para desayunar.
-¿Qué os parece lo que nos dijo la esotérica ayer? ¿Tenéis algún secreto oculto que no queráis contar?
Ni Lucille ni Jane rieron por el comentario. Britania le dio un mordisco con cara de circunstancias a tu tostada bien untada de grasa y azúcar. Aquello era un lujo que con Lucas no se hubiera podido permitir porque enseguida le recordaba sus kilos de más.
-Yo he tratado de recordar si hay algo que mi mente tenga escondido y no quiera recordar pero la verdad es que no tengo ningún secreto - dijo Britania mirando a los ojos de las chicas tratando de ver que escondían.
-Lo mejor es no hacer caso de tanta tontería - Jane también untó bien su rebanada de pan. Algo que llamó la atención de Britania ya que era de esas chicas mesuradas en todo, hasta en su alimentación. - Toda esta gente tiene que decir algo impactante para que volvamos ¿no te acuerdas de qu dijo que nos esperaba e próximo martes?
-Sí, lo mejor es que no los tomemos como un rato divertido y ya está - añadió Lucille.
Britania siguió mordisqueando su tostada.
-¿Y cómo supo que tengo un novio que me controla la dieta? - Insistió Britania.
-Una vez leí que tienen equipos de investigación para esas cosas, que por eso la gente se sorprende de que sepan tanto de nuestras vidas - respondió Lucille.
-Pero eso lo hacen cuando se codean con personas importantes, con famosos, políticos, no con gente normal como nosotras - respondió Britania.
-Bri - dijo Jane - no le des más vueltas. Si quieres ir el martes que viene a que te siga metiendo cosas en la cabeza conmigo no cuentes. Dile a Lucas que te acompañe.
Aquellas palabras dieron por terminada la conversación. Si Jane, la sensata del grupo, opinaba que había que dejarlo, se dejaba y ya está.
Britania terminó su desayuno sin añadir nada más pero con la convicción de que el martes próximo iría a ver a aquella anciana mujer que tanto parecía saber de ella.
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Te diré quién soy
ParanormalTres amigas íntimas lo comparten todo ... menos un secreto inconfesable en sus vidas. El día en que una pitonisa les predice su futuro empiezan a preguntarse hasta que punto la anciana mujer tiene razón en los consejos que les ha dado. El día que vi...