Cap 1: Rutina mortal

81 5 1
                                    

-5 años antes-

Mi padre se había ido a trabajar, yo yacía en la cama cuando la alarma me despierta. Estirándome entre los pliegues de la tela que me cubría, sentándome en la cama y abriendo los ojos, un nuevo día, me incorporo de pié. Siento como el frío del piso hiela la planta de mis talones

Abro la puerta del cuarto para así llegar a la sala y prepararme un desayuno para irme a la escuela, elevo mi mano para abrir el refrigerador, para mi sorpresa no había nada, solamente tres cervezas y una a medio tomar

Genial! Nuevamente tengo que hacer las compras, cierro la puerta de este y mi padre dejó un emparedado de jamón en la mesa de la sala para mi

Eran las 6:20 de la mañana, el crepúsculo se asomaba por la ventana de la sala. El día estaba empezando, voy a darme una ducha para alistarme

Cojo la toalla y me la guindo en el hombro. Quito mi franela y short para adentrarme en la ducha, abro la llave y el agua fría es quien me da el beso de los buenos días, mi piel se congela, despertándome del todo paso a enjabonarme y restregarme fuerte la cara. Malditas espinillas, cuanto las odio

Al cabo de 5 fríos largos minutos salgo del baño para secarme y empezar a arreglarme, un Jean azul ya desgastado y una franela negra será mi outfit del día de hoy, pero venga. Hay que ser pobre pero con estilo, combinándolo así con unas Nike AF1, agarro mi morral para caminar a la sala y coger mi emparedado dándole un mordisco

Mi padre no cocina muy bien pero si que hace su mejor esfuerzo, antes de salir me coloco una gorra negra, el sol de este sitio es infernal. Casi pareciese que estuviese a 5cm de mi para quemarme, soy de tez morena. Pero aún así, está mierda quema

Cierro la puerta, y paso seguro del apartamento, veo como mis vecinos van saliendo para ir a sus respectivos trabajos, todos con caras de más muerto que vivos. Como que si solo viven por vivir y trabajar, sus rostros solo reflejan tristeza de la rutina, lo más mortal existente. Bajo las escaleras con calma, son las 6:30 al revisar mi celular, la entrada es la 7:30. Tengo el tiempo suficiente para llegar puntual

Al llegar a la planta baja me encuentro con la dueña y casera del edificio, esas típicas doñas dolores que se visten con una bata blanca que pareciese trapo de cocina y con esas peculiaridades de rollos en su cabeza, me sorprende que no tenga cancer de pulmones, cada que la veo está con un cigarrillo en la boca, no importa el momento, lugar u hora, siempre lo estaba

Al estar a punto de abrir la puerta principal, su voz ronca cancerígena interrumpe mi caminata

-Ya será fin de mes, es momento que tú y tu padre vayan reuniendo el costo de la renta. dice la Sr Carmen al inhalar su cigarrillo y exhalarlo en mi rostro haciendo una mueca de sarcasmo en su rostro

-Aun quedan 4 días para que llegue, tiempo hay para pagarlo. ¿Por que se preocupa tanto? Es que se quedará sin dinero para pagar sus cigarrillos ¿o como?

Haciendo una sonrisa amarga, jactándose de que era la dueña del sitio -espero y no se atrasen. Contesta está al voltearse y tomar su escoba para barrer el Porsche y la salida del sitio

Salgo del edificio, y voy comiendo mi emparedado para tener algo en el estómago y pasar la mañana, los ruidos de los autos, cornetas y de las personas son la melodía de mi mañana

Vivo en un vecindario algo tranquilo, aunque es muy común oír las sirenas de los policías porque alguien decidió meterse en un problema de drogas, o por contrabando. La verdad eso no me llamaba la atención del todo, aunque podría reconsiderarlo

Espero el bus que me dejará cerca de mi casa de estudios, limpiándome las migajas con mi pantalón, no estuvo tan mal ese desayuno. Gracias papá, sé qué haces tu mejor esfuerzo

Paradise Donde viven las historias. Descúbrelo ahora