CAPÍTULO 2 { LATIDOS DEL CORAZÓN

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¡Vamos! ¡Corre tan rápido como puedas! ¡No mires atrás! ¡Ayuda! ... ¿¡Hornet?!... 

Una máscara blanca manchada y desgastada por los años, pero aún con delicados detalles dorados, una capa rasgada color trueno y un pequeño sello que la sujetaba, cabellos blancos como la nieve sin ser vistos por alguien, acusa de la capucha que tr...

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Una máscara blanca manchada y desgastada por los años, pero aún con delicados detalles dorados, una capa rasgada color trueno y un pequeño sello que la sujetaba, cabellos blancos como la nieve sin ser vistos por alguien, acusa de la capucha que traía puesta, un rostro extraño y una cara tan pálida como la misma niebla, playera de manga larga, con un cuello de tortuga color negro, al igual que el pantalón, guantes negros con ligeros detalles plateados, cinturón gris que sujeta el pantalón y atrás de él un pequeño bolso de cuero desgastado, botas largas cafés decoloradas por el paso de los años y una espada larga, rota, hecha de un material exquisito pero por falta de mantenimiento se ha ido deteriorando... Estaba sumido en sus pensamientos y eso hacía que no le importa en absoluto como se veía ni lo que tenía a su alrededor, empezaba a recordar su pasado, pero le dolía pensar en ello, suspira con dolor y tristeza al borde de de llorar contemplando a lo lejos una pequeña ciudad, saltó hacia el desfiladero, sabía cómo se llamaba el lugar "Paso del rey" pero el lugar no le importaba y mucho menos le importaba el nombre, aterrizó y empezó a caminar miraba con detalle todo, el reino de Hallownest estaba desolado y muy maltratado, habían bichos salvajes, pero le extrañaba porque eran así y con su espada los eliminaba fácilmente y apoderándose de sus pertenencias de aquellos bichos, mariposas azules se empezaban a ver a lo lejos, pequeños adornos con luces azules, el joven se acercó para ver mejor el panorama, un saco azul cielo brillando en un rincón de la cueva y unos metros más adelante una impetuosa puerta con un sello igual al que traía él, desenvainó su espada y dio un golpe al saco brillante, de él salieron 4 destellos azules de los cuáles se convirtieron en criaturas pequeñas de color azul celeste, él de la máscara se asombró, tomó a las criaturas y las guardó en un frasco que tenía en su bolso, se dirigía hacia aquella puerta de piedra, dio un paso y el suelo se rompió haciendo que el chico cayera de sentón, dio un gemido de dolor y trató de levantarse con las fuerzas que le quedaban, miró a su alrededor y volvió a mirar hacia arriba, avanzó y el panorama no había cambiado en lo absoluto solo que más adelante había un sendero de pinchos, el joven de tez blanca retrocedió y luego empezó a correr hacia adelante, saltó y en el último segundo sacó su espada, su cara apenas rozó con aquellos picos, dio otro un golpe en ellos haciendo que este rebotara y cayera al otro lado, el chico ni siquiera se inmuto y siguió caminado hasta que dejó de avanzar se agachó y tomó la piedra más cercana a él, la lanzó y el suelo inmediatamente se desmoronó y dio lugar a un hoyo, pero en lugar de que este estuviera oscuro, desprendía luces de un tono rojizo, el chico desenvainó su espada y bajó, no había nadie solo un cofre, con más marcas rojas, el de cabello blanco abrió el cofre, solo había un ¿Amuleto? el joven lo agarra y lo ve a detalle una combinación de tonos de rojo, con naranja, le pareció curioso y lo guardó bajo sus vestiduras, intentó salir por el mismo lugar, fue inútil y extrañamente empezó a golpear las paredes y una de estas se abrió, el chico con la boca abierta avanzó y vio enemigos rápidamente el empezó a eliminarlos y en lugar de sangre corría un líquido naranja, Se extrañó un poco y siguió escalando, todo parecía confuso para él, sus pensamientos lo abrumaban, pero él sabía actuar a la perfección, y su máscara ocultaba su dolor, llegó a la cima, jadeando aún, se acercó a la puerta de piedra la tocó y clavó su espada, la puerta tardó en romperse pero cada vez, él aplicaba más fuerza en su espada, para que la puerta se rompiera, una y otra vez lo intentaba hasta que el último espadazo que dio la puerta se desmoronó, el joven de tez blanca, dio un salto hacia atrás e incluso tuvo que tapar su nariz por el polvo que levantó aquella puerta de piedra, el estruendo de la piedra cayéndose hizo eco por todo el lugar haciendo que el chico se espantara un poco y cuándo la última piedra se cayó dio un leve suspiro y avanzó, volvió a envainar su espada y cuando se asomó por el hueco que había dejado la puerta, ya no había camino solo había un precipicio que poco a poco iba cubriendo la niebla, pero la luz cálida y firme de los faroles alumbraban el camino, el chico se puso al borde del acantilado y con la mirada siguió a los faroles, una ciudad palideciente, parecía alzarse impetuosamente ante la niebla, poca luz había en aquella ciudad pero era claramente visible, estaba desolada, pero no estaba sucia, el chico tomó valor y saltó, gritando con todas sus fuerzas

¡¡Nediarín!!

Aquel grito fué tan desgarrador que hizo, gran eco en todo el lugar, y en ese preciso momento una luz comenzó a cambiar y la oscuridad de la niebla de aquel lugar empezó a fundirse en un blanco tenue que iba ganando intensidad rápidamente, haciéndole entrar al chico en una especie de sopor agradable, al mismo tiempo que su corazón era envuelto en una paz indescriptible y poco después la niebla se desvaneció para dar paso al silencio más absoluto, la luz se fué apagando poco a poco y cuando eso ocurrió un destello de fuego se consumió adentro del chico y él daba una respiración más tranquila, cuando sus pies tocaron el suelo miró hacia todos lados temeroso, la niebla se había ido por completo y un poco confundido se acercó a aquella ciudad y recordó estas palabras...

"...El resplandor glorioso
brillará siempre en nosotros
y volverá a refulgir eternamente
a través de manos limpias..."


Aún el chico no entendía exactamente qué querían decir esas palabras y a las puertas de aquella cuidad, miró cuidadosamente si había alguien que lo haya visto,  dio un suspiro y bajó la mirada.


Continuará...

Inténtalo susurró el corazón (Edición Definitiva)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora