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Desperté con la intención de buscar el cuerpo de Samantha en la cama, pero al extender mi mano, noté que ya no estaba allí. Me incorporé lentamente, tratando de luchar contra el agotamiento, y al girarme me topé con una nota que había dejado.

En la nota, con una caligrafía reconocible, decía:

"Tenía algunas cosas que atender,
estaré en el estudio
con el padre de Zac.

Con cariño,
-S-"

Una mezcla de sentimientos cruzó por mí en ese momento. Por un lado, estaba contento de saber dónde estaba, pero también sentía un poco de preocupación por lo que podría estar sucediendo. Mi lobo, por su parte, parecía saltar de alegría ante la nota. "Te quiere", esa simple declaración me llenó de una calidez reconfortante. Saber que Samantha sentía eso por mí era un regalo.

—Claro idiota, o si no, ¿por qué te diría eso? —Mi voz interior, siempre sarcástica, me recordó que no era necesario analizar tanto algo tan evidente.

Me levanté de la cama y me dirigí al baño, intentando que mi mente no divagara demasiado en pensamientos que podrían nublar la situación. Había cosas importantes que resolver y, por ahora, debía confiar en que Samantha sabía lo que hacía.

...

Después de tomar el desayuno, me dispuse a buscar a la mujer que había estado ocupando mis pensamientos. Toqué la puerta un par de veces y escuché un suave "adelante" que me invitó a entrar.

—Buenos días, Matteo. —Samantha me miró por un instante antes de volver su atención a un libro en el que un hombre corpulento le mostraba algo.

—Hola, buenos días.

El hombre corpulento, quien al parecer era Fradique, uno de los Roguers que había llegado ayer, me observó detenidamente.

—Mis disculpas por mi falta de modales. Soy Fradique, uno de los "Roguers".

—Pero ya no sois Roguers. —Samantha respondió con firmeza.

Fradique pareció sorprendido por su respuesta.

—Pero...

—Tiene razón. Ustedes necesitaban comida y nosotros necesitábamos más gente. —Samantha se puso de pie a mi lado, mirando a Fradique.

—Supongo que eso es cierto. —Fradique pareció relajarse un poco.—De hecho, hemos decidido quedarnos aquí.

La decisión repentina de Fradique confundió a Samantha, y su expresión lo reflejaba claramente.

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