Empieza el viaje

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Espero que les guste~

En un pueblo, dentro de una de las tantas casas que allí había, estaba una coneja de ojos brillantes dentro de su cuarto, guardando unas cuantas cosas en una gran mochila mientras tarareaba una ligera melodía.

-Todo listo~- sonrío enormemente, contenta de haber terminado de empacar lo que necesitaría.

-¿Estas lista?- se volteo ante la repentina vos, sonriendo al ver a su hermano mayor parado en el marco de la puerta, mirándola con una sonrisa.

-¡Por supuesto que si~!- se puso su mochila, saliendo de su habitación y viendo como Bimbo se colocaba su mochila en la espalda. -No estas obligado a ir conmigo, ¿sabes? Soy mayor y ya he ido a muchas aventuras sola- ya se lo había dicho varias en veces en la semana pero él seguía insistiendo en acompañarla.

-Tu última aventura en solitario terminó contigo con una herida grave- Bimbo la miró con seriedad, ella encogiendose en lugar. Eso era cierto, su última aventura había terminado con ella enfrentándose a una gran criatura de algún tipo y con este logrando herirá, ni siquiera podía recordar como había llegado a un pueblo para que la ayudaran. -Además, hace mucho que no salimos juntos...- la menor se le quedó viendo fijamente, sintiendo que había otra razón. -...y la familia de Betty viene de visita, así que...- se encogió de hombros, recordando lo que su pareja le había dicho no hace mucho.

-¿Me estas usando como excusa para no lidiar con la familia de tu novia?- Ink enmarcó una ceja, sonriendo con diversión. -Y pensé que tu eras el responsable entre ambos- rio ligeramente, el luciendo algo avergonzado. Caminaron a paso rápido, ambos con sus mochilas en las espaldas, saliendo de la casa y sonriendo ante el buen clima que hacía en ese día.

-Hola Betty- Bimbo sonrió a la chica de piel pálida y cabello negro que se les estaba acercando a lado lento.

-Hola cariño~- ella se inclino para dejar un suave beso contra la mejilla ajena.

-Sip- Ink salto, dándole un rápido abrazo a la chica. -Lamento robarte a tu novio Betry pero prometo devolverlo sano y salvo...o por lo menos, en su mayoría- lo último lo murmuró.

-Estoy segura de que si- Betry se mordió el labio inferior por unos segundos, mirando a los hermanos con preocupación. -Cuídense mucho- los abrazo con fuerza y cariño, no era fácil ver a la coneja partir usualmente pero ahora era aún más difícil, viendo no sólo a la coneja sino también a su novio irse.

-Lo haremos- ambos no dudaron en asentir, devolviendo el gesto con mucho cariño, esperando poder tranquilizarla un poco. Se separaron después de unos segundos, sonriendo.

-¿Sabes que hora es, hermanote?- dijo Ink de repente, con emoción contenida.

-Estoy bastante seguro de que si- asintió, ya sabiendo lo que diría. -Es...-

-¡HORA DE AVENTURA!- dijeron al mismo tiempo, la coneja dejando escapar una carcajada mientras él la miraba con diversión. Se adentraron al bosque, Ink mirando a su alrededor con una sonrisa y Bimbo mirando el mapa en sus manos, pensando por dónde ir. Estaba concentrado, así que se sobresalto cuando cuando el mapa fue repentinamente arrebatado de sus manos.

-¿Pero que...?- parpadeo y entonces lo vio. Pequeño, sosteniendo su mapa entre sus pequeñas manos, había una criatura de color negro con cuernos y una fina cola que terminaba en punta, con sus ojos completamente blancos parpadeando rápidamente. -¡Vuelve aquí!- grito cuando el pequeño empezó a correr lejos de ellos sin soltar el papel entre sus manos, corriendo antes de siquiera pensarlo bien.

-¡Bimbo!- ella chilló, siguiendo a su hermano mayor rápidamente, sin saber de dónde había salido aquel pequeño demonio. La persecución duró apenas unos minutos cuando el pequeño simplemente se detuvo en seco, haciendo un pequeño baila y riendo un poco antes de dejar el mapa en el suelo, desapareciendo en una nube de humo. Bimbo se inclino para levantar su mapa pero Ink estaba más distraída por lo que estaba pegado en uno de los grandes árboles del bosque. Parecía un espejo con marco color dorado pero en vez de tener un vidrio que reflejaba una imagen, había un paisaje realmente colorido, parecían ser islas repletas de cosas y con un gran castillo brillante. -Wow...- acercó su mano sin pensarlo, tocando la superficie que se sentía fría y algo húmeda bajo sus dedos.

-No toques eso- el perro hizo una ligera mueca, parándose a su lado.

-Un pequeño problema con eso...- la coneja hizo una mueca. -...¡No me suelta!- ambos pudieron notar como la superficie de aquel extraño espejo estaba, literalmente, absorbiendo la mano ajena. Ella grito, intentando safarse, pero ya estaba metida dentro del espejo hasta el codo y lo que sea que la estaba absorbiendo, era más fuerte que ella.

-¡Ink!- él la rodeo con sus brazos, haciendo fuerza, pero sin obtener el resultado que querían. No tardaron mucho en ser absorbidos por completo, gritando al sentir que caían. Eso no podía ser bueno.

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