Capítulo 2

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Desperté al rededor de las 7:30 de la mañana, pues hoy tenía el ensayo de un baile nuevo, la noche era especial. Se reunirían varios jefes de grandes negocios, desde casinos hasta empresarios.

--Madrina-- la llamé-- esta ropa no me convence del todo

Digo mirando el vestido azul rey que se encuentra delante de mi

--No, a mi tampoco-- dijo-- por eso como el hada madrina que soy, vamos a arreglar ese vestido-- dojo sacando una pequeña maletita con hijos, agujas, tijeras y otros artículos de costura.

--Eres la mejor-- dije riendo y ella se sonrojó.

--Vamos a trabajar.

Y si que es trabajo, pues le quitamos las mangas y lo hicimos escotado, y le cortamos parte de la falda para hacerlo mas descarado, pero también abrimos la misma, para darle un toque formal.

--Listo-- dijo mi madrina.

--Es perfecto-- dije limpiando una falsa lágrima

Ella soltó una pequeña carcajada y yo la acompañé.

--Vamos a tu ensayo-- me puse la ropa de ensayo y bajamos al primer piso, ya los meseros se encontraban limpiando el lugar, y las prostitutas estaban llegando. Mientras las reinas preparaban sus actos.

Me coloqué en el centro del escenario con la barra de metal, Paula comenzó a reproducir la cancion del baile.

Mientras subía y bajaba de la barra, la música se instalaba en mi sistema, haciendo que el ritmo me guiara, cada nota la sentía. Definitivamente si hay algo que me encanta hacer es bailar.

--Eres sin duda una reina-- dijo mi jefe haciendo acto de presencia-- Ya veo porque eres la favorita.

--Lárgate de aquí-- escupí-- no deberías estar follandote a cualquier puta.

--Tu eres una puta... y no te estoy follando.

--No, no me has entendido, yo seré una puta, pero jamás, ni por la corona de Inglaterra, me acostaría contigo-- dije mirándolo con odio.

--No sabes las cosas que dices-- dijo y se dio media vuelta, pero sntes de marcharse dijo-- te quiero en 5 minutos en mi oficina.

Puala me miró desafiente, a modo de regaño y yo me encogí de hombros.

Sequé mi sudor y tomé algo de agua, para caminar hasta la oficina de Brown.

--Adelante-- dijo tres segundos después de que tocara. Abrí la puerta y entré, para luego sentarme en una de las sillas.

--¿Me requerias?-- pregunte con fingida obediencia

--Si, hoy en la noche, necesito que seas mi acompañante después de tu show por supuesto.

--No-- dije tajante

--No está en discusión Lena, es una orden-- me dijo

Me resigne y asentí, él con todo el descaro sonrió.

--Es todo, te puedes marchar-- dijo y yo salí de inmediato.

Solo por ser el jefe no tiene derecho a tartarnos de ese modo.

--Len, te buscan-- me dijo Cristian, podíamos recibir visitas en el día, con nuestro guardaespaldas, creo que es lo único que Brown dejó de las reglas de su padre.

--¿Quién?-- pregunté cansada, el me dijo que era Aiden y una sonrisa apareció en mi rostro.

Asi que fui a mi habitación a arreglarme un poco, no puedo permitir que me vea hecha un desastre. Cuando sentí que estaba presentable baje junto a Cristian al primer piso, donde se encontraba mi visitante.

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