La chica...

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Eso no era un hogar. Era una prisión. Una cárcel construida dentro de una estatua con forma de ángel, que irónico. A medida que subía veía más vídeos de aquella mujer. "Tráenos a la chica y borraras tu deuda." se repetía en mi cabeza y no me dejaba pensar con claridad. Cuanto más avanzaba más sabía de ella. Escuchaba sus cánticos por medio de unos altavoces por todas las salas, veía todos los libros que leía: física cuántica, matemáticas..., se inventaba códigos numéricos, componía música... Parecía haber pasado mucho tiempo en ese lugar y, de algún modo, yo sería su salvador. El salvador que la sacaría de aquella gran cárcel en la que espiaban todos sus movimientos. Fotos, conocimientos adquiridos, todo lo supervisaban ¿Realmente era tan peligrosa?

La tenía delante, solo había un cristal de separación entre ella y yo y mi corazón se empezó a acelerar. Era una chica hermosa con pelo negro y un precioso vestido blanco. Estaba pintando en un lienzo lo que parecía ser un cine de París con la Torre Eiffel de fondo. Era una paisaje maravilloso. Intenté hablarle pero no podía entrar. Las ventanas estaban altamente reforzadas y ella no me podía ver. De repente se puso en frente del cuadro pintado he intento desgarrarlo ¿Porque querría romper aquella obra de arte?

No quería romperlo. Frente a mis ojos se vislumbraba un portal hacía un sitio que ya conocía. París estaba a unos pocos metros de mi. Parecía haberle dado vida a su propio cuadro. Una especie de automóvil enorme venía directo hacia nosotros. Era extraño, nunca había visto un automóvil de ese estilo. Enseguida, cerró esa especie de portal tan fuerte que desquebrajó el cristal y rápidamente se puso a correr por todas las salas de aquella estatua. Yo intentaba seguirla el paso pero no conseguía encontrar un método para entrar. Estaba al lado de una ventana, mirando el cielo, pensando. Casi diría que lo que quería era ser libre, que la dejaran volar. Eso me dió fuerzas para continuar.

Dado que había llegado hasta ahí decidí subir a la cabeza de la estatua desde el exterior. Al estar en una grandísima estatua posada en una ciudad flotante, la altura era muy considerable y había tanto vienpo que en cualquier momento me podría tirar sin ningún tipo de problema. Armado con una gran valentía fui subiendo poco a poco, sujeto al pasamanos que estaba a mi lado ¿Por qué lo habrían construido así? Tampoco tenía mucho tiempo para pensar en ello. Estaba tan cerca de conseguir mi objetivo que mi mente repetía, cada vez con más intensidad: "Tráenos a la chica y borrarás tu deuda.".

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⏰ Última actualización: Mar 21, 2015 ⏰

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