❎Love Bites❎

tu y yo

Mavis casi había matado a su esposo con el sofá que estaban retirando de su cuarto en el momento exacto en que su hijo había exclamado ansioso por entrar a la escuela. Afortunadamente los lamentos de Jhony agonizando en el suelo y las risas mal reprimidas de su padre la habían sacado de su trance.

La habían tomado por sorpresa, por supuesto, no esperaba que su hijo pidiera ser transferido de escuela tan de repente, no tenían más de un día en ese lugar como para decidir una escuela entre tantas otras que había en Transilvania. Pero todas sus dudas fueron olvidadas cuando su hijo le rogó por inscribirlo en una escuela para monstruos. Tenía la sensación de que sucedería exactamente esto. Estaba totalmente segura de que su abuelo le había instalado esa idea en la cabeza, lo había hecho desde mucho antes de que Dennis cumpliera su quinto cumpleaños. Nadie más que él deseaba que su hijo fuera un vampiro con tanta obsesión

Ella replicarla esa idea con toda gentileza, pero su pequeño hijo se le había adelantado, relatando con emoción que ansiaba estudiar junto a otros monstruos de la zona. Insistiendo eufórico que ese era su gran sueño. Se veía tan tierno de esa manera que no pudo evitar sentir un gran alivio en su pecho. Luego de una semana de verlo indiferente, enojado y triste, estaba feliz de ver esa preciosa carita iluminarse de nuevo. Era incapaz de arrebatarle la felicidad y la esperanza del rostro a su hijo de esa manera, y aunque no creyó que eso era lo mejor, terminó aceptando.

No podía hacer nada después de todo, eran tres contra uno, eso sí agregaba a su esposo a la ecuación. Él también quería seguir viviendo en Transilvania tanto como su propio hijo.

Una sonrisa sutil y desganada había salido de sus labios en el momento de la celebración de su familia por la buena noticia. Viendo específicamente a su padre sonriente, al final de todo si había obtenido lo que quería.

A su mente habían regresado sus propios pensamientos de hace unos días atrás.

Desde el momento en que habían abandonado Transilvania, un día después del cumpleaños de Dennis, Mavis se había prometido dejar que su hijo creciera en un ambiente humano. Lejos de la locura de vida que era ser un monstruo y aún seguiría con esa idea en mente, aún cuando había aceptado y fingido con la misma sonrisa, que estaba de acuerdo con su hijo y con su padre.

Pero tuvo que resignarse a quedarse con la derrota, otra vez.

Drácula podía estar seguro que la transformación de Dennis había sido una de las mejores cosas que le habían pasado en la vida. Estaba lleno de vida y orgullo, sensación que no había experimentado desde que su hija aún era su pequeña niña. Su nieto era maravilloso en todos los sentidos imaginables, era un chico adorable y lleno de virtudes, pero tenía que admitir que al haber resultado en ser todo un vampiro le había dado un fuerte plus en todos los sentidos. Ahora era una sorprendente bola de energía que no paraba de moverse de un lado a otro. Tenía que admitir que ni siquiera a su edad era tan rápido y fuerte como él, tanto así que sentía una fuerte bofetada en la cara cada vez que él pequeño salía corriendo disparado para dar una vuelta a todo un campo. Su visión se había vuelto aguda muy rápido al igual que su oído, y lo mejor era que el chico había reaccionado ansioso cuando le preguntó si quería seguir aprendiendo de él. Con mucho gusto le enseñaría personalmente a su nieto sobre cómo usar cada una de sus nuevas habilidades, no dejaría que Dennis creciera como un enclenque tonto y sumiso. Justo como cierta persona que no se le permitía mencionar.

¿Ahora que hacemos? ¿Pasaremos en carruaje?.-pregunto Dennis, retirando el sudor fresco de su frente por tanta energía derrochada. Ni siquiera eran las 5:00 a.m. y parecía que hubiera salido de una maratón de media tarde. Aunque tomando en cuenta que sólo era un niño de 5 años que había pasado casi toda la noche corriendo, y resolviendo pruebas que el propio Drácula le había dado, era un milagro que no se hubiera desmayado aún.