La vida se basa en engañarse a uno mismo de que todo va ha mejorar y que los protagonistas de historias siempre encuentran la felicidad, mentira.
Todo comienza cuando demuestras que existen las Alphas, las que demuestran que no necesitamos ser luna...
Denle estrellita 🙏🏻❤️ Al final les tengo noticias.
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Este es el momento que he estado esperando, el instante en que finalmente puedo liberar la luz que durante tantos años me fue arrebatada. He tenido suficiente de ser la segundona en esta historia, de vivir en las sombras mientras otros toman el protagonismo.
Mi vida ha girado en torno a una única cosa: ser la hija perfecta de Julius Turner. Crecí bajo su sombra, anhelando su aprobación y buscando cumplir con todas sus expectativas.
Maritza Griffin, la mujer que alguna vez se autodenominó mi madre, me dejó al cuidado de Florence, mi verdadera madre, por así decirlo. A lo largo de los años, he descubierto los secretos que rodean mi origen y he lidiado con la ausencia de ambas figuras maternas en mi vida.
La noticia de su muerte fue un golpe que me sacudió. Durante mucho tiempo, quise volver a la manada, estar con mi prima y protegerla. La veía como la víctima de toda esta situación, pero ese sentimiento cambió cuando Julius me reveló la verdadera razón detrás de la muerte de Florence.
Resulta que ella murió para proteger a mi prima y cambiar su destino. Como si yo no existiera en su vida, como si no importara, ella tomó esa decisión que me arrebató a la persona que consideraba mi madre.
—Eleanor, tenemos que irnos —mi padre salió del gran salón de La Verräter, visiblemente alterado tras una discusión que tuvo allí.
—Lo escuché todo, padre —no puedo evitar preguntarme por qué me mantienen excluida de esas reuniones.
Julius se giró hacia mí con rabia y su mano se estrelló en mi mejilla, resonando en el lugar. Instintivamente, coloqué mi mano en la zona adolorida.
—Por escuchar lo que no debía, tu madre está muerta.
—Padre... —mi voz se quebró mientras bajaba la cabeza, sintiéndome humillada por su acción.
No soporto que hable de Maritza, ya que esa mujer está lejos de ser alguien a quien admire. Ella destrozó mi vida.
Éramos felices mi padre y yo, pero una noche decidió alejarnos de él, dejándome en manos de aquel aquelarre bajo el cuidado de Florence.
...
El día resultó ser un aburrimiento total. Pasé todo el día atrapada en esa maldita casa, apartada de la vida, aislada del ruido; solo el constante murmullo de las olas del mar rompía el silencio.
—Vaya vida de porquería que tengo —susurro con desánimo mientras subo a mi habitación.
—Te escuché, Eleanor —la voz severa de Julius me llega de manera clara.
