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Caminaste por la plaza recorriendo las tiendas del lugar observando la ropa. Aunque había ropa bonita no era de tu gusto, no era tu estilo.
Entrabas y salías de cada tienda, pero al final ninguna te gustaba, a veces odiabas salir a comprar ropa porque nunca encontrabas algo que te gustara, pero el universo conspiraba contra ti porque cuando no querías comprar ropa siempre encontrabas las prendas perfectas.
Llegaste hasta una tienda grande y lujosa, detrás de esos cristales había un maniquí que llevaba una bufanda, la tela se veía distinta al resto, resaltaba entre todas las prendas, era verdaderamente bonita.
Querías entrar, pero te aterraba escuchar cuan costosa era, no querías pasar vergüenza al escuchar el precio y saber que nunca en tu vida podrías comprarlo. Solo podías admirarla desde afuera.
Un suspiro salió de tu boca y volviste a caminar perdida en tus pensamientos, tenías la vista en el piso simplemente dejándote llevar por tus pies.
Levantaste la vista y en ese momento chocaste de frente con alguien. Diste un paso hacia atrás y lo viste ahi, frente a ti.
Hizo un único movimiento en el aire con su mano saludándote, sonreía por la forma de sus ojos y se mantenía firme en su lugar.
- ¿Sanzu?
- Hola (T/N).
- ¿Qué haces aquí?
- Solo pasaba por aquí.
No, no lo hacía, te siguió hasta ahí. Realmente estaba un poco desesperado por verte, no convivían mucho ni tenían más oportunidades de hacerlo, y si no las había debía crear oportunidades para verte.
Tú creíste en cambio que fue una bonita coincidencia, necesitabas distraerte un rato y encontrar a uno de los amigos de Mikey vendría bien. Aunque aún tenías ese remordimiento por la relación que tenía con tu hermano.
Pero quizás lo estabas juzgando mal, quizás había algo más en el fondo.
- ¿Quieres ir a comer o algo? - le preguntaste, pero después te sentiste muy intrusiva, te cruzaste con él, no sabias siquiera si tenía algo más importante, seguro que si - No, digo, si estas ocupado no, solo si... no, mejor otro día.
- Me encantaría, pero no a comer - contesto de inmediato, aún estaba un poco acomplejado porque vieras sus cicatrices y te alejaras de él.
Lo que menos quería es que te alejaras.
- Si, me parece bien ¿qué quieres hacer?
- Lo que tú quieras hacer - Sanzu estaba seguro de que te seguiría a donde fueras sin importarle nada.
