Faltaba poco para el comienzo de clases, las vacaciones ya casi terminaban, y no había vuelto a ver a Cris.
Llegó el primer día de colegio, y cuando entré al salón me quedé atónito. Cris estaba en mi clase, y él debería estar en quinto año, no en sexto. Al principio no supe cómo reaccionar, si saludarlo o no, pero terminé acercándome y le tendí la mano, con una sonrisa me correspondió.
Me contó que rindió las materias que correspondían a quinto año, y ahora estaba en sexto conmigo. Sabía que era muy inteligente, imaginé que por esa razón no volvió a salir de su casa durante las vacaciones, seguro se la pasó estudiando. Me dijo además que por su alto coeficiente intelectual, le permitieron rendir las materias. Era extraño, pero ahora estábamos juntos y podía recuperar a mi amigo, igualmente necesitaba olvidar lo ocurrido durante el verano.
Todo se había calmado en la ciudad.
Comenzamos a vernos a escondidas, pero ya no jugábamos como niños, íbamos al Club, practicábamos fútbol, corríamos por el bosque. Todo mejoró entre nosotros, restablecimos nuestra amistad, y eso era suficiente para mí.Todo iba bien hasta que llegó una chica nueva al colegio. Anne Hammons. Era pelirroja, cabello ondulado y largo, grandes ojos azules, y con una sonrisa angelical. Cris y yo nos enamoramos de ella en cuanto la vimos, pero no dijimos nada al respecto. El tiempo nos hizo saber que sentíamos lo mismo por Anne, pero sólo la mirábamos, no nos atrevimos a hablarle.
Hasta que un día en la tarde, mi padre le dice a mi madre que vendrían a cenar un nuevo compañero de trabajo que era viudo, con su hija.
Cuando se hicieron las 7.30 hs, sonó el timbre de casa. Yo abro- dije- Y cuando abrí la puerta, me paralicé. Era el compañero de papá con su hija, era Anne. Ella sonrió al verme y me saludó. Los hice pasar, me temblaban las piernas de la ansiedad que me produjo verla.
Mientras cenamos, mis padres charlaban con el señor Hammons, y Anne y yo sólo cruzamos miradas cómplices. Sentí que la atracción era mútua, hicimos click como dicen por ahí. Luego salimos al patio a conversar, y como si nos conociéramos de toda la vida, hablamos de todo, terminábamos un tema y empezábamos otro. Fue como si el tiempo se hubiera detenido frente a nosotros.
Llegó la hora en que debían marcharse, y yo por dentro moría por pasar más tiempo con ella, y supe por su mirada que sintió lo mismo que yo.
Al día siguiente nos vimos en el colegio y pasamos los recreos juntos. Sin darme cuenta había dejado de lado a Cris. De pronto lo miré y noté enojo en su rostro. Me acerqué a él, y me dijo,
-Traidor- y se alejó. No supe qué hacer, quería explicarle cómo fue que llegó Anne a mi casa y lo que nos pasó. Pero eso tal vez empeoraría las cosas. Igualmente debía ser sincero con él.
El papá de Anne y el mío se hicieron muy amigos, y comenzamos a frecuentarnos más seguido. Eso molestó mucho a Cris, sentí que se llenó de rencor y me dolió. Terminamos distanciados.
Un día invité a Anne a un club nocturno para festejar mi cumpleaños, cumplía 19, y mis padres me regalaron un coche, un Hyundai, no era 0km pero estaba impecable. Tocaba una banda que a Anne le encantaba.
Cuando llegamos al club, vi a Cris con un grupo de chicos que no conocía, no eran del colegio, se veían como pandilleros de barrio y no eran del estilo de Cris.
Nos dirigimos con Anne a la barra para beber algo antes de ocupar la mesa que había reservado. La música del lugar era buena. De pronto se acercó Cris, y tomando la mano de Anne, la invitó a bailar, como si yo no estuviera allí. Él clavó su penetrante mirada en los ojos de Anne, y ella sin titubear accedió a bailar con él. No podía creer lo que estaba viendo. Bailaban como si no existiera nadie más en el lugar que ellos, se miraban con descaro. No supe cómo reaccionar. Hasta que me levanté de la mesa, me dirigí hacia ellos, tomé del brazo a Anne y la saqué de allí.
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LESTATH Y LICAON, ODIO Y AMOR
VampireUna lucha entre dos antiguos rivales, El Conde Lestath y el licántropo Licaón. El destino de la humanidad en manos ensangrentadas por la masacre de inocentes. La intervención de grandes amigos puede apaciguar la maldad desatada. Cómo terminará ésta...