Capítulo 8

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¡Oh, mierda!”

En un instante el cuerpo de Shen Yuan pareció quedar inmóvil.

¡Esto precisamente era lo que quería evitar!

¡Ahh!

¿Qué es lo que debería hacer ahora?...

Shen Yuan por un momento tuvo la idea de correr hacia la salida, la habitación aún se encontraba algo oscura  y con suerte Luo Binghe no lo reconocería.

— ¿Xiao-Xiong?

Shen Yuan estaba llorando por dentro, ahora que ya lo habían reconocido no tenía más opción que confrontarlo, se dio la vuelta con calma —Oh, Luo-Shidi… te has despertado…— lentamente, los ojos brillantes de Luo Binghe se enfocaron en el — ¿Cómo te sientes?

Luo Binghe estaba aún recostado en la cama, pero en ese momento ese pequeño rostro presentaba unos ojos que lo miraban con brillo y curiosidad—Me… me siento bien

Desde que había recibido los azotes y que fuera abandonado en su habitación, no creyó que alguien lo llegaría a cuidar. Pero ahora ver que las heridas de su espalda estaban curadas debidamente, no dudo en preguntar— Mis heridas… ¿Fuiste tú quien… las curo?

Shen Yuan se congelo sin saber que decir, pero tratar de negarlo solo complicaría las cosas. Se rasco la cabeza con timidez y dijio— No podía dejar solo a mi Shidi…

El calor  se elevó en el pecho de Luo Binghe, escuchando estas palabras que confirmaban sus sospechas. Miro hacia arriba con los ojos llorosos—… Gracias Xiao-Xiong. 

Shen Yuan lo miro con impotencia, se supone que este conmovedor momento le pertenecía a Ning YingYing, él se sentía un vil ladrón.

Cuando vio que Luo Binghe intentaba levantarse, pero que en un instante se derrumbaba de inmediato. Shen Yuan fue enseguida a sujetarlo para que no se lastimara más.

—Shidi, no debes moverte aun. —Shen Yuan lo regaño con suavidad—solo serán unos días más y luego podrás moverte con normalidad.

Los ojos de Luo Binghe comenzaron a arder. Sentía la garganta apretada y le dolía cuando tragaba.  A excepción de su madre nunca antes nadie lo había cuidado de esta manera, esta era la primera vez en mucho tiempo que recibía este tipo de preocupación.

Al no poder utilizar su voz, Luo Binghe murmuro un “Hmm”.

Shen Yuan vacilo por un momento, luego suavemente dio un consejo—Shidi, Shizun suele tener un temperamento…—no sabía cómo continuar—… bueno, el no soporta ningún tipo de escenas que involucren el nombre de Pico Qing Jing…—soltando un suspiro continuo— En un futuro sería mejor que te mantuvieras alejado de los problemas y de los discípulos del Pico Bai Zhan.

Luo Binghe tosió un poco para deshacerse del nudo que aún permanecía en su garganta— Me mantendré alejado, lo juro.

Luego de esa pequeña conversación, Shen Yuan solo tuvo que esperar durante un tiempo para que Luo Binghe volviera a dormir.

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Correr a esta hora de la mañana, Shen Yuan estaba seguro que le traería consecuencias futuras. Pero ahora lo más importante era llegar pronto a su hogar.

Decisions that destroy our love Donde viven las historias. Descúbrelo ahora