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ese chico es un monstruo.
ella aún no lo sabía.


( ... )

⠀⠀𝕾amantha Wright era esa chica universitaria que, ¿cómo decirlo? era la que todos amaban por su euforia y efusión cada vez que hablaba, actuaba o mejor aún, socializaba. Muchos se preguntaban el cómo podrían conseguir a una amiga como ella, o la habilidad que tenía para facilirarse y hacer amigos a donde fuera.

⠀⠀Salía de casa, camino a la facultad a mediados de la jornada, tenía que hacer algunas prácticas para conseguir ese puntaje perfecto. Habían decidido el lugar y hora, pactando en que el centro universitario sería el mejor sitio ya que ahí se encontraban los útiles necesarios para llevar a cabo ese proyecto.

⠀⠀La llamada de una de sus amigas la saca del trance, parando de reproducir la canción de esa playlist que su hermano le había hecho en felicitación por haber terminado ese curso de repostería.

⠀⠀Al responder, inmediatamente contesta con una estupidez.

⠀⠀──¿Ya vas a reclamarme del porqué mi tardanza, Helena? ──entre una risa en bajo pudo escuchar en la otra línea a la llamada Helena reírse en respuesta a su estupidez, con otra idéntica.

⠀⠀──No, vengo a preguntarte si llevas galletas de chocolate y algunas bebidas energéticas ──era obvio que sí, mentalmente contestó.

⠀⠀──No, se me olvidó ──carcajea, observando la bolsa de plástico con los tres paquetes de galletas y las latas de monster dentro de ella──. Está ya muy lejos la tienda, y ya voy llegando a la facultad.

⠀⠀Por estar yendo tan concentrada en la llamada no se percata del chico que de frente venía, chocando y tirando el teléfono debido al impacto.

⠀⠀──¡Ah- lo siento! ──de inmediato dobla rodilla para levantar su teléfono, pero el chico ya se lo había recogido, ahora tendiendo éste en su dirección.

⠀⠀Al elevar su mirada cae en cuenta de que debería levantar más su cabeza, notando lo jodidamente alto que era, quedando embelesada, unos hermosos ojos ámbar risueños la observaban, un color caoba en su cabello largo hasta los hombros, suelto y liso. No era consciente del pequeño rubor que habían adoptado sus pómulos al verlo quién sabe cuanto tiempo así, embobada.

⠀⠀──Ten ──la voz del aparentemente; francés de ensueño la saca de su ensimismamiento, captando sus señas con su mano, que de inmediato tomaría su teléfono con algo de torpeza──. Procura ir con cuidado la próxima vez.

⠀⠀Recalca su desconcierto, burlón pero sin esa malicia en sus acciones y gestualidades. Ella no podría estar más maravillada que en otra ocasión.
⠀⠀Acababa de conocer a un caballero. Pero había quedado en vergüenza, él aún yacía frente a sus ojos.

⠀⠀──A-ah, gracias ──estaba sin palabras, en blanco por la repentina llegada de éste príncipe de cuentos de hadas. El desconocido niega, arrugando con diversión y despreocupación el puente de su nariz.

⠀⠀──No te preocupes, me es grato haber conocido a una chica preciosa en éste descuido ──se iba a morir, estaba sintiendo sus mejillas arder en demasía por tales palabras, tan elegante que más apenada no podía estar──. Lamento el pequeño inconveniente, yo también iba distraído.

that   boy   is   a   monster. ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora