Capítulo 2

0 0 0
                                    


- Espera… ¿Qué? – Ema, mi mejor amiga, está sentada frente a mí, mientras devora su almuerzo. Estamos sentadas en una de las bancas de la cancha del colegio. Así que les hare un resumen de las cosas que pasaron después de ver al chico del tren.

1- Después de quedarme como idiota viendo como el tren se marchaba, Salí corriendo hacia mi instituto. Este queda un poco lejos de la estación de tren así que al llegar a este estaba, agitada, seguramente despeinada, y con mucho más tiempo de retraso del que tenía. Pero gracias a dios el portero estaba de muy buen humor pues me dejo entrar. Aunque tuve que decir una pequeña mentira a los profesores por mi ausencia en las primeras horas.

2- Ema apenas me vio entrar me intercepto con muchas preguntas que me marearon por un momento. Ema suele ser un poco intensa pero sé que se preocupa por mí y por eso pregunta tanto. Después de terminar las últimas horas de clases que quedaban cuando llegue le dije que le contaría todo, así que iríamos a la cancha comeríamos y le diría todo. Y henos aquí.   

- Ema, ya te he repetido dos veces lo que paso – le doy un sorbo a mi jugo de naranja – además, no es algo del otro mundo. Ni siquiera se su nombre.

- A ver tonta, ¿si te das cuenta de lo que acaba de pasar? Chica, te ha pasado la cosa más interesante en toda tu vida. ¿Enserio piensas dejar pasar esta oportunidad de conocer a ese chico? – ella habla con la boca llena, cosa que se ve asqueroso, pero ya me acostumbre a que Ema hable así cuando comemos. Porque que tenga la boca llena de comida no va hacer un impedimento para decir lo que piensa.         

- Ok, no puedes decir que dejare pasar la oportunidad de conocer a ese chico. Porque simplemente no tengo ningún indicio que me diga quién es él. No tengo absolutamente mi idea de donde podría ser. Deja el drama quieres.

- Eres muy cruel, ¿sabes? Esta podría ser la primera vez que conoces un chico interesante Ámbar. Llego el momento que salgas del cascaron pequeño pollito – Ema hace con sus brazos como si fuera un pollito o algo así. Eso me hace reír.

- Estoy bien así. Sabes que nunca he dependido de un chico, de ninguna forma, y así me ha ido muy bien –  le doy una sonrisa de superioridad que la hace bufar.

- Sigo creyendo que tendrías que darte la oportunidad de salir con alguien. Así sea a comer un helado. Estamos a poco de salir del colegio, y creo que ya es momento de volvernos un poco rebeldes, eh – ella sube y baja sus cejas muy rápido y sus labios forman una sonrisa algo torcida.

- Lo de ir a fiestas, tomar alcohol y bailar toda la noche, si lo hare. Pero no pienso liarme con nadie, así de simple. Se acabó el tema de conversación. ¡CASO CERRADO! – digo dándole un pequeño golpe a la mesa.

- ¡EXCLAMO LA PUTA! – Ema levanta sus brazos como si fuera hacer la ola. Me rio porque ella tiene la costumbre de decir eso. Estamos tranquilamente hablando y ella sale gritando eso de la nada. – está bien, me convenciste, no te insistiré más con el tema. Pero si llega alguien y estas dispuesta algo. Tenlo por seguro que iré por toda la calle gritando: ¡LA PERRA DE MI MEJOR AMIGA ESTA SALIENDO CON ALGUIEN! LO LOGRE ¡ADIOS SANTIDAD, HOLA PUTERIA!  

Eso hace estallar una sonora carcajada de mi parte, algunos estudiantes que pasan a nuestro alrededor nos miran y siento mi cara arder, debo parecer un tomate.

- Ema, cállate. Mejor dime, ¿vemos una película hoy en mi casa? – digo levantándome

- Pues, obvio. Pero primero debo decirle a mi mamá que me iré contigo, sabes que si no le digo donde estoy, es capaz de llamar a La Máquina del misterio para que me busquen y resuelvan el misterio de donde estoy.  – ella se coloca de pie también tomando sus cosas y guardándolas en su mochila. – ¿nos vamos?     

***

- ¿Por qué? ¿Por qué tiene que pasar eso? – digo soplándome la nariz mientras sigo llorando. Ema y yo estamos viendo Bajo la misma estrella por décima vez, pero igual sigue doliendo como la primera vez   

- No sé, ¿Por qué tienen que hacernos sufrir así? No es justo, ellos no merecían eso – mi mejor amiga sigue llorando desenfrenadamente mientras come un bote de helado de vainilla.

Nos encontramos en mi habitación, yo estoy sentada en mi cama con las piernas cruzadas y un bote de helado de chocolate sobre estas.  Ema está sentada en el piso con las piernas tendidas de par en par con su pote de helado entre estas. La madre de Ema no se molestó porque vinera a mi casa, ella y yo somos amigas hace mucho tiempo, nos conocimos la primera vez en el instituto, la primera vez que nos vimos nos saludamos con nuestras manos y desde ahí nos volvimos inseparables.

Mi madre entra a la habitación, lleva puesto una franela de color azul y un pantalón de color negro. Mi mama es hermosa sin duda alguna, su piel es algo bronceada, su cabello es oscuro igual que sus ojos. Las fracciones de su rostro son delicadas y se puede apreciar un poco las pequeñas arrugas que aparecen cuando sonríe.

- ¿Qué hacen? – pregunta ella recostándose sobre la puerta.

- Es… estamos… aah… - Ema no termina de hablar porque sigue llorando mientras toma una cucharada de su helado.  

- Estamos. Llorando. Porque… porque…

- Ok ya entendí porque están llorando. – dice mi madre llegando hasta mi cama y sentándose  a mi lado – vamos chicas, han visto esta película muchas veces, ¿Por qué llorar como si fuera la primera vez que ven lo que sucede?

- Porque nunca te acostumbras a esto, nani – dice Ema colocándose de pie y sentándose a mi lado.

Mi mejor amiga le dice a mi mamá "nani" desde que se cayó una vez en el parque mientras jugábamos en los columpios, mi madre estaba con nosotras, la atendió y cuido los días que tuvo que guardar reposo. Sus padres no estaban cuando eso sucedió porque estaban de viaje por cosas de trabajo del señor Juan. Así que se quedó con nosotras esos días donde nos hicimos más cercanas que nunca.       

- De acuerdo, igual, ¿Que tal si vemos mejor otra película? Saben, hay comedias románticas de los 80 que les gustaran mucho. Podemos ver una juntas y olvídanos por un momento de lo horrible que es la vida a veces – ella seca con su mano las lágrimas que corres con mis mejillas.

- Tienes razón, veamos una de esas comedias, no quiero seguir llorando – digo moviendo el cabello de Ema

- Sí, me voy a deshidratar si sigo así – mi mejor amiga seca sus lagrimas y sonrie

- Bien, esa es la actitud, yo me encargo de escoger la película indicada. Ustedes acuéstense y coman su helado mientras yo busco mis palomitas – mama se levanta y sale de la habitación.

Mientras le daba otra probada a mi helado, a mi mente vinieron unos ojos verdes, ese chico. ¿Porque no podía simplemente olvidar que lo había visto? No tenía sentido seguir pensando en alguien que tenía 99% de posibilidad de no volver a ver jamás.
Pero dentro de mí, había la sensación de querer volver a tener esos ojos verdes de nuevo frente a mí.

Esa noche vi comedias románticas junto a mis dos chicas favoritas en todo el mundo. Tratando de olvidar aquel desconocido, intentos que fueron fallidos por que no deje de pensar en él.                  

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Apr 19, 2022 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

El chico que conocí en el tren.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora