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Pienso, mientras me siento aquí y escribo,
que algo se ha deslizado detrás de mi espalda
para leer mis palabras, algo negro,
malvado, una parte de la noche.
No me volveré, porque podría ver su rostro,
y, sabiendo lo que es,
parte de mí sería suya.
Tal vez sea mi destino
perder el control de las palabras y las cosas,
y descender por una lenta escalera
y pisar los cadáveres arrojados allí,
cuerpos que caminaron como reyes,
clérigos o nobles o santos,
aquellos que miraron hacia atrás y vieron el brillo
debajo de sus párpados, uniéndose
a los elegidos que él besa, mancha,
despoja, dejando que cada caparazón tiemble,
se ría y caiga de repente
donde no hay nada de Cielo,
un todo de infierno.

No me he vuelto, aunque ahora su lengua
busca mi cuello. Su aliento es cálido,
sugerente de una tormenta interna,
sin la fuerza del trueno colgando
de cada nube para retumbar:
"¡Refúgiate bajo un techo fuerte!"
No me he vuelto. Soy indiferente.
No me he vuelto... todavía.
-The Intruder, Margaret Stavely.

Jong Woo entró a la capilla, con el corazón en la boca, arrodillandose frente a la misma, comenzando a rezar.

No nos dejes caer en la tentación, líbranos del mal...

—¿Jong Woo?-. Escuchó una voz sumamente familiar, levantando su mirada-.

—Ji-Eun-. Fue lo único que pudo decir Jong Woo, notó como Ji-Eun acomodaba su Cofia, como si se la hubiera quitado-. ¿Qué haces aquí a estas horas?-. Ji-Eun se notó cohibida por la pregunta-.

—¿Qué haces tú aquí? Nadie está recitando la palabra de Dios-.

—Yo... Quería hablar con él a solas-. Ji-Eun se sentó a su lado, asintiendo-. Ji-Eun, ¿te puedo hacer una pregunta extraña?-. La contraria asintió, viéndolo fijamente-. ¿No sientes a veces, que la vida te pone retos para dejar de tener fe? Como si te dieran un camino extra-.

—Más de lo que me atrevería a decir-. Dijo Ji-Eun, para suspirar y tomar amablemente la mano de Jong Woo-. ¿Sabes que Jesús en el desierto fue tentado por Satanás, no?-. Jong Woo asintió y Ji-Eun le sonrió-. Bueno, el diablo nos tienta a todos de distintas maneras, es normal a veces perder el rumbo, la cosa es saber siempre como regresar-.

—A veces siento que voy perdiendo poco a poco el camino de vuelta, y tengo miedo-.

—Lo que sientes simplemente es algo que todos los humanos sentimos, y, si tienes miedo, yo aquí sostendré tu mano fuerte-.

Jong Woo se sintió tocado por sus palabras, viéndola con ternura.

—Gracias Ji-Eun-. Jong Woo tomó su mano de vuelta-.

—Sabes que estoy aquí para lo que sea-. Notó como la mirada de Ji-Eun bajaba de sus ojos hacia sus labios, acercándose muy poco a poco-.

Jong Woo no se negó ante el acercamiento, aún sabiendo que ninguno de los dos debían, Jong Woo por fin sentía que sería su momento, por fin el amor de su vida le correspondería, aunque fuera sólo unos segundos, sólo unos instantes...

Pronto, JiEun rompió la distancia, ambos uniéndose en un beso, sinceramente, y muy en el fondo, no era lo que Jong Woo esperaba, no se sintió especial.
¿Era acaso esa sensación por la culpa? ¿O era por que realmente no era amor verdadero lo que sentía por ella?
Los dos se alejaron, y JiEun le brindó una cálida sonrisa, dándole calma a la mente inquieta del contrario, quien le sonrió de vuelta.

—Entonces... ¿Nos vemos mañana?-. Dijo JiEun, soltando de a poco la mano del contrario, quien amable asintió-.

JiEun se despidió, y Jong Woo se quedó unos minutos en la capilla, maldiciendo lo que acababa de hacer; besar a una monja, pensar en un hombre, dudar de su propia fe y de Dios, dudar de la humanidad.

Desear a un hombre...

Tenía que confesarse pronto.

(...)

Seok Yoon seguía limpiando las habitaciones del convento, ya era algo tarde, así que ya cansado y sudado decidió dejarlo para el siguiente día.

Mientras bajaba, pudo escuchar algo del otro lado de las habitaciones, cuando se suponía que no había nadie más de ese lado.

—Deben ser ratas-. Dijo para si mismo, apurando el paso algo nervioso, hasta toparse con alguien-.

—Oh, lo siento-. Volteó al frente y era Jong Woo, los dos se vieron extrañados-.

—¿Qué haces tú aquí?-. Preguntó Jong Woo extrañado-.

—Terminaba de limpiar una de las habitaciones, ¿y tú?-.

—Si, yo también estaba terminando de limpiar-. Mintió Jong Woo-. ¿Oye, ya te bañaste?-.

—No-.

—Bien, bañemonos juntos, con todo lo que ha pasado realmente me da nervios ir a las regaderas solo-. Seok Yoon solamente asintió, siguiéndolo-.

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Holaaa, episodio corto, no traigo mucha inspiración, pero uff ya tengo la idea perfecta para la historia y estoy muy emocionada por seguirla, nos leemos!

°El sabor de tu sangre° MoonWoo AUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora