That Butler, Commendable

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-¡Haah! -Ciel jadeó, respirando con dificultad mientras se inclinaba hacia adelante contra la pared de su dormitorio. -Se-Sebastian... -gimió.

CREEAK.

-Ahora, por favor, coloca tus manos en la pared y... relaje sus músculos un poco más. -instruyó Sebastian a Ciel mientras se inclinaba sobre su joven maestro desde atrás.

-¡No lo soporto más! -Ciel gimió ansiosamente mientras jadeaba, el sudor goteaba por su piel clara por el esfuerzo de soportar el dolor agudo que estaba sintiendo.

CREEEAK.

-¡Chêne...! ¡¡Haz que se detenga!! -Ciel gimió.

-S-solo cálmate, Ciel... S-solo dolerá más si luchas contra él... -dijo Chêne, temblando ligeramente mientras miraba. Sebastian ya había... terminado con ella. Ciel apretó los puños con frustración.

CLENCH.

-...¡No! ¡Duele...! -Gritó Ciel.

-Aguante un poco más, señor. Pronto encontrará que su cuerpo se acostumbrará. -dijo Sebastian solemnemente mientras miraba la pequeña espalda de su amo. -Mire a Chêne... al principio no estaba dispuesta, por el dolor, pero ahora...

-¡Ah! Voy... -gimió Ciel, su rostro enrojeció mientras apretaba los puños, preparándose. -¡Están saliendo! ¡Mis organos están a punto... de salir de mi cuerpo! -Gritó Ciel, la marca de una vena palpitando en su frente.

-A ninguna dama le han saido los organos... ¡con un corsé! -Sebastian dijo mientras tiraba de los cordones del corsé de Ciel aún más apretados.

CREEEEAK.

-Antes pensaba que Chêne era difícil, pero en comparación con usted, es mucho menos llorona. -comentó Sebastian.

-A-así es, Ciel... ¡Vas a tener que aguantar...! Ahora sabes por qué trabajé tan duro para descubrir cómo hacer mis propios sujetadores, en lugar de solo usar corsés todo el tiempo. -Chêne dijo, temblando mientras trataba de reprimir su risa. Le dolía un poco reír ya que Sebastian ya la había ayudado a ponerse su propio corsé. Sebastian había insistido en que ella también usara uno, ya que aparentemente era 'obvio' cuando una mujer no usaba uno... probablemente porque en realidad podía respirar. Aun así, Chêne nunca pensó que vería el día en que Ciel se vistiera de travesti...

Ciel se despertó sobresaltado

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Ciel se despertó sobresaltado.

-"Un sueño, eh..." -dijo Ciel, jadeando. No solo tuvo esa estúpida pesadilla que lo hizo revivir esa experiencia mortificante, sino que también Ciel descubrió que había estado atado. -¡...! -Dijo Ciel, esforzándose contra sus ataduras. Se dio cuenta de que tampoco podía ver. ."Está oscuro... no, ¿una venda en los ojos? Me han restringido de alguna manera..."- pensó Ciel. -¡Tch! -Chasqueó la lengua con irritación. —"Como si la atadura del corsé no fuera suficiente, ahora me han atado más, ¿eh ...?" -el pensó. Uf, le ponía enfermo recordar cómo Madame Red se había preocupado porque no tenía "cintura de avispa" y que era imprescindible para cualquier mujer. ¡Era un niño, para llorar en voz alta! ¡Por supuesto que no tendría uno! Luego tuvieron el descaro de compararlo con Chêne, diciendo que ella tenía una figura de reloj de arena "sorprendentemente sexy", incluso sin un corsé, diciendo que debería darse prisa y alcanzar a su "hermana mayor". Chêne no había encontrado la situación tan divertida entonces, y se había sonrojado de un rojo cereza de la cabeza a los pies por timidez. Los demás se rieron mucho de eso. -"Solo porque no es su problema..." -pensó Ciel, harto de lo molestos que habían sido todos. Chêne al menos había intentado contener la risa. Sebastian obviamente había disfrutado demasiado de su sufrimiento. -"De todos modos, ¿dónde estoy?" -se preguntó, mirando a su alrededor a pesar de tener los ojos vendados. Podía escuchar un zumbido bajo. -¿...? -Ciel dijo con curiosidad. -"¿El sonido de la gente conversando? el pensó.

That Butler, New Face/ Sebastian Michaelis * ESPAÑOL*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora