Capítulo 2

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No recordaba mucho de esa noche.

"Naruto...." pero el sonido de su voz aún estaba en mi cabeza.

Recuerdo cómo la toque, cada centímetro de ella, recuerdo cómo ella me tocó..





Estaba furioso, enojado, y hecho trizas, perder a un familiar no era fácil, y menos cuando ese familiar resultaba ser el único que tenías, era mi caso con el abuelo Jiraiya.

Tenía que buscar un nuevo lugar para vivir, simplemente no podía quedarme en aquella vieja casa, no tenía el valor.

Busque en internet el departamento más lejano y barato posible, y lo encontré justo al otro lado de la ciudad, era perfecto.

Me llevó unas cuantas semanas hacer los trámites necesarios para mudarme, y solo una más para instalarme en mi nuevo departamento.

Todo parecía de alguna manera haberse acomodado, pero la verdad era que dentro de mí todo era un caos.

Tenía 21 años, no era como si no fuera lo suficientemente independiente para arreglarmelas por mí cuenta, pero había crecido toda mi vida junto a ese hombre, era difícil empezar de nuevo.

Sin embargo tenía que hacerlo, y seguir adelante, concluí también mi trámite a la universidad, entraría a 5 semestre de esta, no me sería tan difícil acoplarme rápido, lo más difícil que había hecho era despedirme de amigos como Chouji o Lee, pero tal vez tendría la oportunidad de conocer más gente.

Tenía todo listo, pero el dolor seguía presente, saqué una de esas botellas que Jiraiya solía beber con frecuencia y yo lleve conmigo antes de salir de esa casa y sin más empecé a tomar, primero uno y luego otro vaso hasta terminar la botella, la cual era pequeña e insuficiente para mi en aquel momento, necesitaba más, así que decidí ir al bar más cercano.

Estaba mareado cuando salí de casa, pero no lo suficiente para no estar en mis cinco sentidos aún, y mi plan de emborracharme hasta lograrlo se fue al carajo cuando la ví.

La chica más hermosa que había visto en mi vida, la observe sacar el cigarrillo y darle una buena calada, y me pregunte cómo sería el sabor de sus labios mezclados con este.

Estaba realmente hipnotizado.

"una chica tan linda no debería estar sola en un bar a estas horas" ella alzó la mirada dejándome ver sus ojos, sus malditos ojos, pensé.

Unos ojos color perla, hermosos con un tono blanquecino que los hacía ver como la luz de la luna en medio de una noche fría.

"¿entonces por qué no me llevas a casa contigo?" preguntó ella, y no podía imaginarme otra cosa, más que besarla y si Dios era bondadoso, hacerla mía.

"creo que haré justo eso, soy Naruto por cierto" dije.

"Hinata" y cuando ella me contesto con su nombre, supe que no podría contener el deseo que sentí por ella, Hinata me había hecho algo.

Recuerdo pagar la habitación de hotel, recuerdo haberla recostado, recuerdo besar su cuello y como ella acariciaba mi pecho, o cuando me desprendi de mi ropa e hice lo mismo con ella.

Recuerdo a la perfección como la tomé, como se sentía estar dentro de ella y cada uno de los gemidos que ella me regalaba junto a sus uñas clavandose en mi espalda.

Esa noche, fue la jodida mejor noche de mi existencia, de pronto parecía que el dolor que cargaba conmigo se aliviaba, era extraño lo sé, pero para mí fue como si el estar con ella en ese momento fuese lo que que necesitaba.

Claro, inseguro cómo una oveja, quería asegurarme de que ella lo hubiera disfrutado tanto como yo, y cuando ella lo afirmó, me sentí el maldito hombre más realizado en el planeta.

Todo era tan mágico, fue mágico, pero como toda la magia, se acaba, pues al despertar a la mañana siguiente, Hinata ya no estaba en la cama.

Era una locura, había sido solo una noche, no era cosa del otro mundo, pero aún así, dolió.

Y entendí entonces que no podía quedarse así, Hinata me hizo sentir algo mágico esa noche, y definitivamente era una sensación que quería en mi vida.

Quería volver a verla.

Y claro, parece que el destino estuvo a mi favor esta vez.

Al verla aquí y ahora, justo en frente de mi, para ser exactos en la universidad de Konoha.

Y ahora sabía que haría, quería conocerla, estando sobrio, y quería estar con ella, y creo que eso es algo que decidí desde el momento en que vi esos aperlados y preciosos ojos.

Hinata era mi destino, nunca estuve más seguro de nada en mi vida.

Ahora solo me queda dar un último gracias al viejo Jiraiya, de no ser por él jamás habría llegado a este lugar, a ese bar, o a ella, así que gracias, viejo pervertido.



Holaaaaa, volví, se que el capítulo es bastante corto, pero más que nada quería presentar a Naruto, y un poco de su personalidad, así que sin más leo sus comentarios.

¡Los amo y hasta el próximo capítulo! ^^

Stay with me - NaruhinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora