Polluelo (Batifamilia)

Parte 1: Cuentos, Coincidencias y Familia.

  Ciudad Gótica se encontraba a pocas semanas del invierno, siendo este el último día de clases en la ciudad por la seguridad de los polluelos que no podían soportar el frío sin el riesgo de morir. Las familias preparaban sus nidos para no tener que salir hasta la llegada de la primavera, así como los nidos de acogida¹ que traían medicinas, comida, mantas y demás para los que vivían en ellos. En el nido Wayne, Alfred, el mayordomo (y abuelo de las aves) también preparaba las cosas para el invierno, Dick y Jason traían sus pertenencias a su nido original, Bruce había ido a la empresa por asuntos del trabajo y mientras Tim y Damián desayunaban antes de ir a la escuela.
  Dami se sentía nervioso de no poder ir mas a la escuela ya que siempre que sus hermanos le trataban de “enseñar” como ser un petirrojo y el cometía un error (ya que no sabia como hacerlo) siempre le miraban mal y le reprochaban todo, claro a excepción de su abuelo Alfred y Dick ellos siempre lo motivaban.

- Deja de comer como un cuervo - le reprendió Tim cuando levando la vista de su plato y Damián dejó de comer -, eres un petirrojo no un cuervo - le dijo molesto.

  Dami simplemente dejo de comer, no quería que lo vieran como si lo odiaran por el simple hecho de existir, así que no comería (no al menos delante de su familia y de nadie mas). Una vez hubieran “terminado” su desayuno ambos hermanos fueron llevados a la escuela por su abuelo, como hoy saldrían temprano no había necesidad de llevar comida a la escuela, el estomago del polluelo se quejaba por eso pero no diría nada.
  Las clases empezaron normales, ejercicios por aquí, exámenes sorpresas por allá y temas que repasar por acullá; todo normal y tranquilo hasta que llego la última clase con la excéntrica profesora Reina, una buitre que había empezado a darles clases con el inició de la primavera pasada, siempre con esa mirada aterradora que parecía que envés de estar mirando a sus alumnos miraba a sus presas.

- Niños - había llamado la profesora - hoy les contare un cuento que espero que todos ustedes tomen en cuenta ya pronto vendrá el invierno - dijo llamando la atención de sus alumnos.

- ¿De que trata el cuento profesora Reina? - pregunto una niña teniendo su mano levantada.

- Es uno muy triste y necesito que todo el mundo me preste atención - demando mirando a cada uno de los niños.

  Todos los pequeños polluelos tenían curiosidad del supuesto cuento, por ello se callaron y se sentaron derechos en sus pupitres prestando atención absoluta a su profesora.

- Había una vez un nido creado para albergar a unos pajaritos. En el nido no había ninguna relación sanguínea, pese a ello un ave fuerte y galante refugio bajo sus alas a tres pichones ajenos - Damián mientras escuchaba el cuento no pudo evitar imaginarse que esas aves eran su familia (lo cual, a sus palabras, era completamente imposible) -. Cuando los pichones crecieron poco a poco fueron abandonando el nido, hasta que se olvidaron de regresar ya que cada uno encontró su propio árbol para intentar crear un nido con la avecilla correcta. Es así que nadie se entero del huevo que olvidaron en el viejo nido abandonado.

  En el salón reinaba el silencio mientras el cuento era contado a los polluelos, que curiosos se acercaban a su profesora para poder escuchar mejor.

- Al pasar el tiempo, siendo ya el momento de que el polluelo nazca, un pichón salió sin que nadie lo recibiera, sin que nadie lo alimentará, ni le enseñase nada. Y un día cuando el pichón lloraba de hambre se cayo del nido - varias exclamaciones de tristeza sonaron en el salón haciendo que la profesora siguiera satisfecha -; creyó que moriría pero fue recogido por unos cuervos estos le enseñaron a comer, a vivir y volar a su manera, y el pequeño pinto sus plumas de ónix y se esforzó en ser el mejor cuervo y alcanzar todas las expectativas - ya para esos momentos Damián empezaba a recordar su vida con la liga de los asesinos (la parvada de cuervos que lo adopto cuando pudieron dejarlo morir).