Final
Ya era tarde, el sol comenzaba a esconderse por entre las montañas. Las avenidas de la ciudad se notaban con la bulliciosa gente y autos llendo de un lado a otro, era ya la salida de los trabajadores y todos querían salir e irse lo más rápido a casa.
El estar en la calidez del hogar y con sus más preciados seres era una de las mejores recompensas, Shen Qingqiu lo sabía de antemano. Cada que salía tarde de su trabajo era recibido por Luo Binghe y Liu Qingge, la mesa ya arreglada para comer entre ellos y pasar una bella y relajante velada.
Pero esta vez, él fue el primero en llegar, había trabajado lo más rápido posible que pudiera para poder salir primero e ir a casa antes que sus dos amantes. Su motivo especial para llevar esa acción era una muy importante.
Era su aniversario.
Aunque al principio tenía sus temores en él, había logrado por fin estar con las personas que más amaba, sin importar lo que dijeran los demás, no le importaba si lo tachaban de sucio, inmoral e irrespetuoso y poligamo por estar casado con dos hombres.
Él los amaba por igual y Luo Binghe y Liu Qingge hacían lo mismo.
Dejó de pensar en los demás y se concentró en preparar la cena, sería algo sencillo pero con buena intención y dedicación. Una ensalada, un poco de sopa y quizá un poco de carne asada. No era el mejor cocinero pero esperaba que fuera del agrado de aquellos dos.
Sonrió al pensar en ellos. Su corazón palpitó como loco por la emoción y su pensar.
Una vez terminado todo, se preparó para recibirlos en junto a la entrada de la cocina.
Escuchó una carrera algo inquieta y la puerta ser abierta y supo que eran Qingge y Binghe. Sonrió.
—¡Shizun, llegaste!—
— A-Yuan, es una felicidad verte.—
Ambos habían lanzado sus maletines y sus suéteres a una esquina, justo cuando entraron y caminaron hacia él, con gran entusiasmo.
—Les he dicho miles de veces que no tiren sus cosas.— Fue ignorado, para recibir un beso de ambos. Besos que estaban llenos de amor y deseo.
—¿Hiciste la cena?—Preguntó sorprendido, Binghe. Lo que había en la estufa tenía buen aroma.
—Porque...—Trató de buscar las palabras adecuadas.— Hoy es un día muy especial. Nuestro aniversario.—
Liu Qingge lo abrazó por detrás y sin esperar más lo besó en su cuello. Atacaba aquella zona tan delicada, aspirando el suave aroma de Shen Qingqiu, tan embriagante y especial.
—Entonces... ¿Cocinaste para nosotros?—
Shen Qingqiu no pudo responder, sentir los labios de Qingge sobre su piel era un deleite. A su encuentro se unió Binghe. Lo tomó del rostro y lo besó en los labios con un hambre tan voraz. Las manos de aquellos fuertes hombres lo acariciaban, deseosos de arrancar su ropa de una vez.
Los sonidos de besos húmedos y los suspiros comenzaron a hacerse escuchar y resonar entre las paredes.
Lo amaban.
Y Shen Yuan los amaba a ellos.
El calor comenzaba a nublar su juicio. Con el autocontrol que había en él, trató de separarse de ellos.
—Paren, he preparado esta cena y no quiero... Que se enfríe.— Le había costado hablar, ellos lo estaban excitando. El cabello esponjoso de Luo Binghe le hizo cosquillas en el momento en que ponía su cabeza sobre el otro lado del cuello y, al mismo tiempo, Liu Qingge guiaba sus manos a la parte baja de Shen Qingqiu.
—Ay... Está bien. Lo que Shizun diga.— Respondió Binghe y Liu Qingge asintió, desanimado.
—Les prometo postre especial para ustedes dos, si hacen caso.—Les dedicó una mirada sensual, cargada de deseo.
Ellos sonrieron encantados. Lo siguieron con entusiasmo.
—¡Shizun es el mejor!—
—¡Quiero lo mejor de ese postre!—
Shen Yuan sonrió al verlos entusiasmados.
Claro que obtendrían de ese preciado postre durante toda la noche hasta el amanecer.
Así eran ellos, así era su amor...
Y este es su final, es algo pequeño pero me gusta c:
Muchas gracias por leer. Espero que les haya gustado leerlo. Pido disculpas por lo tan corto que fue, estoy en casa ocupada, mi mamá no se encuentra bien y esto fue lo que pude hacer.
Gracias y tengan excelente tarde/noche.
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Una Tregua Muy Satisfactoria
FanfictionSe odiaban a morir, ¿Y cómo no? Ambos amaban a la misma persona, suspiraban y estaban locos por esa persona. Pero había un problema ¡Shen Qingqiu, aquel dulce y perfecto ser, no se daba cuenta de que los tenía a sus pies, a los dos! Así que, cansad...