El cuarto de Dee🔥🔥

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El momento de ir al cuarto de Dee había llegado mientras tanto Heavy estaba con los nervios a flor de piel caminando de un lado a otro por la habitación, ni siquiera la computadora podía despejarlo de su calvario mental, sabía que Dee no lo había perdonado del todo, imposible, el era del tipo rencoroso y cuando se quería vengar sabía cómo hacerlo de la forma más humillante posible. Pensó de todo, pensó que lo obligaría a hacer cosas como a lavar su ropa interior, a comprarle la merienda con su paga semanal, o chivarse con sus padres sobre cómo estaba a punto de repetir el curso. También estaba asustado de que Dee lo odiase, su pecho dolió al imaginarlo.

El reloj marcó las 10:00pm y Heavy tragó saliva, se acomodó la camiseta y limpió su nariz con el pulgar y el índice nerviosamente dirigiéndose a la puerta de Dee. Tocó dos veces y escuchó como este le daba un: - ''Pasa'' a secas desde el otro lado de la puerta. Por lo que sin pensar más entró y cerró detrás de él.

La habitación estaba semi oscura con apenas una lámpara del escritorio encendida y la luz que proyectaba el monitor de la computadora. Dee estaba recostado contra la pared igual que la vez pasada, esta vez con una bermuda negra y una camiseta blanca de tirantes, el cabello recogido en un moño desaliñado y los pies estirados hasta el borde de la cama uno encima del otro, se había quitado el maquillaje por lo que parecía menos intimidante, le hizo una señal con la mano a Heavy para que se sentara cerca de él.

Este asintió intentando ocultar su miedo y tomó asiento en el borde del colchón.

- Sabes Heavy, en los 16 años que llevo existiendo he visto cosas, algunas te harían vomitar, -hizo una mueca de imitación- y otras cuestionar tu propia sexualidad. -Recogió una pierna y la usó para apoyar su brazo derecho- Otras las encontrarías demasiado dolorosas como para creer que alguien pudiese encontrarlas excitantes.

- ¿Excitantes? –El menor pestañeó confuso.

- Cuando me interrumpiste esta mañana estaba en medio de una de esas cosas que te hacen cuestionar tu sexualidad. -Miró de forma penetrante al pequeño pelirrojo que apretó sus labios y alzó las cejas culpablemente.

- ¿Quieres decir algo? -preguntó curioso.

- Dee, discúlpame por haber entrado aquí, prometo no entrar a este lugar nunca más, desde hoy esta puerta no existe para mí. -hablaba rápida y atropelladamente haciéndolo sonar más nervioso de lo que quería.

Dee hizo una sonrisa corta y maliciosa. Heavy continuó...

- Así que dime que es lo que quieres rápido porque sé que no me has perdonado en realidad. –terminó con un pequeño suspiro pero todavía temblaba por dentro y tuvo que agarrar un extremo de su camiseta negra y empezó a estrujarlo para calmarse, Dee notó este pequeño detalle.

- Esta bien pero cálmate, cualquiera que nos viese ahora pensaría que estoy a punto de matarte o algo -bufó divertido.

Heavy se relajó un poco pero todavía se mantenía precavido, Dee se estiró hasta la cómoda y tomó una bufanda larga y de color violeta.

- Te quería enseñar un truco con la bufanda. -comentó distraídamente.

- ¿Un truco? -Heavy repitió incrédulo por el cambio de la conversación.

- Si, primero la cruzas así y luego así -iba explicando y tejiendo al mismo tiempo- le das la vuelta y metes tus manos dentro.- al finalizar Heavy observó un enrredillo en medio de la bufanda y a Dee sosteniéndola en cada extremo. Dudó unos segundos.

- ¡Vamos! ¡Te prometo que es genial! -le apuró Dee. El chico hizo caso y metió las muñecas dentro del único agujero disponible y acto seguido sintió un tirón que las aprisionaba en un fuerte nudo. Dee había jalado los extremos de forma brusca y lo tenía amarrado.

SadismoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora