¡Larga vida al rey demonio!

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En este mundo todo era paz y tranquilidad, todos los reinos vivían en armonía, no había guerra, no había desacuerdos, si un problema surgía se solucionaba a puerta cerrada en cuestión de minutos, todos estaban en armonía hasta que llegaron ellos, los demonios.

Su llegada afectó a una gran parte del planeta puesto que su rey tenía el propósito de una Dominación mundial.

Mafumafu, el rey demonio, junto con sus ayudantes Araki, Nqrse y Luz; si bien eran dueños del 75% del planeta, se hospedaban en unas tierras que antes le pertenecían a un reino inocente y prospero, cuyos habitantes fueron hipnotizados por el rey demonio. Se instalaron y mandaron a crear un castillo solo para ellos, sus guardias, siervos y esclavos.

Un día, un hermoso príncipe se aproximó al castillo con la misión de calmar al rey y tener de vuelta aquel mundo tranquilo de antes.

- ¿A qué viene usted al castillo? - Preguntó en la entrada del castillo un guardia de cabello morado, quien portaba la bandera del ejército de los demonios.

- Vengo a hablar con el rey demonio - respondió el príncipe.

- Identifíquese - Ordenó un guardia de cabello rubio, apuntandolo con una lanza.

- Soy el príncipe Soraru, vengo de tierras lejanas, tengo un mensaje importante para el rey.

Dicho esto se le permitió el paso al castillo. Allí se encontraba el rey demonio sentado en su trono con sus ayudantes a su lado y personas hipnotizadas por el rey paradas en las paredes.

- ¡Shima! ¡Senra!, ¡Les dije que no dejen entrar a nadie sin mí permiso!; ¡No quiero ningún intruso en mí castillo! ¡Saquenlo! - Gritó aquel demonio albino de ojos rojos.

- Soy el príncipe Soraru, majestad.

- ¿Un príncipe?, ¿Aquí?, Que sorpresa - Respondió un demonio de cabello plateado junto con extraordinaria belleza y elegancia, cuernos y alas.

- ¿Y que hace un apuesto y delicado príncipe por estos lados? - Preguntó un demonio de cabellos rosados, aunque este no tenía ninguna característica física para resaltar además de unos ojos rosados profundos y un aura de peligro que emanaba del mismo, después de eso no parecía ser un demonio.

- Vengo a hablar con su majestad... Porfavor... ¡Deja en paz a los inocentes! ¡Ya no soportaremos más tus ataques y malos tratos! ¡No permitiré que logres tu objetivo!.

- ¿Y que piensas hacer al respecto?, Solo eres un pequeño príncipe contra tres poderosos demonios.

Al príncipe no le importó las advertencias del rey y terminó por sacar su espada, listo para luchar.

- ¿A caso quiere morir, "su alteza"? Vete ahora y no te haremos nada - Se burló un demonio de cabellos rojizos, cuernos y alas, este se encontraba a lado del de cabellos rosados.

- Pelearé por mí pueblo y por todas las personas a las que lastimaron, no me voy a rendir hasta que dejen de hacer sus fechorías.

- Eres valiente, te daré diez segundos para correr y no volver a molestarme nunca más,uno.

- No me importa, lucharé contra todos ustedes.

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- ¡Y moriré en batalla si es necesario!

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- No sabes lo que dices, niño - Se burló el peliplata - Hazte cargo, Araki.

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- Sería una pena que un hombre tan apuesto como tú muriera manchado de asquerosa sangre.

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- Me aseguraré de no mancharlo demasiado, solo por ti, Nqrse.

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- Ustedes...

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- ¡Son solo demonios descarados que vinieron a perturbar nuestra paz y alterar nuestro mundo!.

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- ¡Te estás ganando un pase directo a la muerte!, ¡Mocoso! - Se enfureció el pelirrojo.

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- ¡Me aseguraré de desterrarlos de este mundo!

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Nadie se creía lo que sucedió. Apenas el rey demonio llegó a ducho número, el príncipe corrió hacia el pelirrojo y le cortó los cuernos y las alas de dos movimientos para luego alejarse, volviendo a su posición. Aquel demonio cayó inconsciente al suelo, derramando un líquido negro de sus heridas; sus cuernos en el suelo empezaron a desaparecer y sus alas se movieron un poco para luego desvanecerse.

- ¡Imposible! - dijo el peliplata totalmente sorprendido.

- ¡¡ARAKI!! - Gritó el pelirosa, corriendo velozmente para acudir a su amigo.

- Ahora si te pasaste, ¡Guardias!, ¡Súbditos!, ¡Encarguense de él!, ¡Lo quiero muerto!, ¡¡Muerto!!

De un parpadeo el príncipe fue rodeado por guardias y las personas hipnotizadas, personas que lamentablemente conocía en su mayoría.

- Amigos... Su esclavitud acaba hoy.

- ¡Ataquen!

"¡Larga vida al rey demonio!" Gritaron todos antes de lanzarse sobre el príncipe.

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