1: New York ¡haya vamos!

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Melanie

Me encuentro en una discusión entre mis padres, sobre mi futuro.

- Si se queda aquí, su futuro será sacar leche a las vacas, limpiar el popo de los cerdos y darles de comer a las gallinas -dice mi madre a mi padre - ¡Y yo no quiero eso para mi hija!

- ¿Y que piensas hacer? ¿Eh? -contraataca mi padre.

- Mandarla a New York con Samanta y su hija Katrina -intenta convencer a mi padre.

- Vale, haz lo que quieras -dice ya mi padre rendido.

En todas las discusiones entre mis padres, mi madre siempre tiene que salir ganando.

Samanta es la hermana de mi madre, mi tia. Y Katrina es su hija, mi prima.

Mi madre me quiere mandar a New York, para un futuro mejor, porque según donde vivo, New York es la mejor ciudad de toda América. Yo estoy bastante emocionada, volver a ver a mi prima que llevamos 7 años sin vernos.

Le doy un gran abrazo a mi padre y un gran beso mi madre.

- Padre, madre, gracias por todo lo que habeis echo por mi, vendre a visitaros algunos dias, os quiero mucho. Adios - y les doy un abrazo colectivo.

- Lolly -digo con tono lloroso, Lolly suelta un oing - te echaré mucho de menos. -le doy un besito y me voy corriendo, para no llorar.

Meto mi maleta en el maletero del taxi y me subo al asiento de atrás. Bajo la ventanilla del coche y el aire me golpea en el rostro.

- New York ¡haya vamos! -grito y vuelvo a cerrar la ventanilla.

- ¿A donde quiere que le lleve señorita? -pregunta el taxista.

- A donde me lleve el viento.

- ¿Qué? -dice sin entender.

- ¿No me has oido gritar? -digo incrédula.

- ¿A New York?

- Si, pues va -digo y el taxista sigue mirandome - ¡Va!

- Entonces, New York, haya vamos -dice el taxista y empieza a conducir.

El camino se me hizo larguísimo, llevaba aqui 3 horas y todavía quedaba una hora.
Echaría de menos a mi cerda Lolly, le tengo un gran aprecio y todavía no se como es New York, sería mi primera vez viajando.

Mi mirada se dirige hacia la ventanilla y me asombro. Los edificios eran gigantes, eran mas grandes que las torres que teniamos en la granja. El taxista me mira sorprendido por mi poca inteligencia.

- ¿Qué? -le pregunto.

- Nada, nada.

- ¿Sabes donde vive mi tia? Porque yo no.

- Si, mientras tu gritabas tu madre me dio la dirección.

El taxi para en un edificio marron clarito.

- Aquí es. -dice y se baja.

Me ayuda a bajar, coge mi maleta y se dirige hacia el interior.
Esto era gigante, habia un hombre que abría y cerraba la puerta cada vez que entraba y salía una persona, me quedé riendome.

El taxista me hace entrar en una caja claustrofobica.

- ¿Que haces? ¿Me quieres matar? -digo intentando salir de allí.

- Es un ascensor. No te va a pasar nada. -aprieta un boton y se despide de mí. -Cuando llegues busca la puerta 265 ¿vale? Ale, cuidate.

Las puertas se cierran y suena una músiquita de fondo. Siento cosquillitas en mi barriga y la puerta se abre mostrandome un gran pasillo. Bastantes puertas habian allí y empiezo a buscar. 261... 263... 265 es esta creo.
Había un boton blanco y lo aprieto. Suena un din-don.
Abren la puerta ...

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⏰ Última actualización: Mar 22, 2015 ⏰

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La chica del campoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora