1. La Gala y el Encuentro.

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En una soleada mañana de 2012, todo parecía estar en su lugar, como cualquier día común. A pesar de ello, un extraño presentimiento revoloteaba en el estómago de Mía, una joven de 22 años con un secreto extraordinario: tenía el control de los cuatro elementos.

Agua, Fuego, Tierra y Aire.

¡Vaya forma de presentarse!

Mía tiene ojos de color miel que a veces, dependiendo del día, se tornan verdes. Su cabello castaño cae en suaves ondas sobre sus hombros, con reflejos más claros. Tiene pequeños lunares por debajo del ojo, los cuales resaltan sus facciones y contribuyen a que su belleza destaque. Su mirada curiosa y profunda refleja su espíritu aventurero y su amor por explorar nuevos horizontes. Su rostro es delicado, con rasgos suaves y una sonrisa amable que muestra su optimismo y su amor por la vida. En cuanto a su estilo, se viste de manera sencilla pero elegante, con un toque vintage que refleja su gusto por las épocas pasadas.

El acoso escolar que enfrentaba en la primaria debido a su singularidad era implacable. Sus compañeros no toleraban su diferencia, el hecho de que poseía habilidades que ellos no. Eran niños envidiosos, influenciados por las actitudes de sus padres.

Un recuerdo se grabó a fuego en su mente para siempre. Aquella vez, una chica llamada Jenny la humilló frente a toda la clase, arrancándole los cabellos hasta hacerla caer al suelo, mientras le gritaba "¡Zorra!" en la cara. Jenny solía ser su mejor amiga, hasta que su madre le ordenó que dejara de juntarse con ella porque era peligrosa.

¿Lo ves? Te lo dije; niños influenciados.

Afortunadamente no todos los niños eran malos, había uno en particular que siempre solía decirle que sus poderes eran asombrosos y que no debía avergonzarse por ellos. Pero este niño era muy extraño, porque solo aparecía en sus sueños. Les cuento un secreto: ella tenía un amor platónico con él, pero el maldito nunca se presentaba en carne y hueso.

Aún así un día dejó de aparecer en ellos, aunque siempre se desconoció la razón.

En fin, cuando cumplió seis años, comenzó a asistir a una organización donde entrenaban a personas con habilidades especiales. En este lugar, se llevaban a cabo procedimientos y actividades diseñados para mejorar tanto la capacidad física como mental de los individuos, permitiéndoles desarrollar sus habilidades de manera óptima. Aquí, aprendían a controlar sus habilidades de acuerdo a las circunstancias. Fue en esta organización donde conoció a su mejor amiga, Carla. Carla tenía una condición en los ojos que los cubría de venas rojas, lo cual le otorgaba la habilidad de generar rayos magnéticos debido a la acumulación de sangre en sus ojos. Gracias a Industrias Knowledge, así se apoda dicha organización, ambas aprendieron a controlar sus poderes y están muy agradecidas por ello.

Bueno, ahora que ya conocen un poco de su historia, volvamos al presente...

Se incorporó de su espaciosa cama de dos plazas y se dirigió hacia la cocina en busca de café. Los primeros rayos del sol madruguero se filtraban por la ventana como olas del mar rompiéndose en semejantes rocas solitarias. Ese ambiente era su preferido, escuchar a los pájaros cantar mientras todavía vestía esa remera negra que solía usar como pijama.

Debía acompañar a su padre en una reunión importante fuera del país. Heinrich Schafer, un hombre conocido por sus capacidades científicas. Él siempre quiso que siguiera su mismo camino, pero ella no. Su sueño desde chica fue ser historiadora, la investigación y la escritura siempre han sido la combinación perfecta para Mia. Deseaba estar rodeada de libros antiguos, no de computadoras. Aunque era una persona optimista y creía en sus posibilidades, sabía en el fondo de su corazón que vivir de la historia sería difícil. Por eso, buscaba un trabajo estable para mantenerse independiente, a pesar de que su padre tuviera una buena fortuna.

La princesa desaparecida.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora