3. Caos.

8 1 0
                                    


Si tuviera que buscar una palabra que capturara la esencia de aquel instante, seguramente optaría por "caos". La escena era un torbellino de emociones y acciones, cada una luchando por dominar la situación.

A Mía le proporcionaba cierta sensación de seguridad el estar "aliada", entre comillas, con alguien más que enfrentara a ese individuo. Sin embargo, a pesar de todo, ese grupo de personas seguía siendo desconocido para ella.

Le ofrecieron acompañarlos y, sin muchas opciones, ella aceptó, pues necesitaba respuestas. La pregunta sobre la implicación de su padre en todo aquello resonaba en su mente, y en un instante simplemente comprendió que estaba entrando en un juego del que no sabía si era capaz de jugar. Aceptó, y luego se dio cuenta de que decir que sí a una propuesta como esa, y además a gente desconocida, era una locura. Pero la lengua actuó sin esperar a la mente.

"Sí, acepto".

Loki, un dios. El Capitán América, un héroe del pasado. Tony Stark, el genio detrás de Iron Man. Dos conductores probablemente no menos relevantes que los recién mencionados. Y ella, una mujer no tan normal, que por primera vez en su vida utilizó sus poderes: todos dentro de una nave, ¿Qué podría salir mal?

"Fury no menciono tu ayuda". El Capitán América, más apuesto de lo que esperaba, rompió el incómodo silencio al dirigirse a Tony Stark en un tono de protesta.

"Sí, hay cosas que Fury no te dice". Dijo en un tono calmado mientras miraba detenidamente a Mía.

«¿Quién es Fury?» Repetía Mía en su cabeza sin cesar.

"¿Y tú quién eres?" El millonario entonces, finalmente se dirigió hacia ella.

En medio de sus pensamientos, se preguntaba cómo abordar la situación. "¿Qué debería decirle? ¿Simplemente mi nombre? ¿O debería mencionar que soy la hija de Heinrich Schafer para cambiar la dinámica? Pero, ¿realmente importa quién es mi padre en esta situación? Tony Stark es tan reconocido... ¿cómo reaccionará al saber quién soy? ¿Me tratará diferente? ¿Qué pensarán los demás si saben quién es mi padre en comparación con él? Quizás debería..."

"Soy Mía, Mía Schafer". Termino diciendo, antes de tener una crisis nerviosa.

"Entonces, Mía, cuéntame. ¿Qué estabas haciendo allí adentro con cuernitos? ¿Jugando al escondite? ¿Quizás una partida de ajedrez?"

"¡Exacto, Sr. Stark! Estábamos practicando para una obra de teatro. Aparentemente, me equivoqué de puerta y terminé en este circo de superhéroes". En medio de la tensa conversación, el tono arrogante y condescendiente de Stark le molestó profundamente. A pesar de reconocer su fama y atractivo, Mía no pudo evitar responderle con firmeza y un toque de ironía.

Tony Stark y Mía se enfrascaron en una discusión ligera sobre quién había ganado más veces en un juego de mesa durante la infancia. El Capitán América, cansado de la situación, intervino con un tono calmado y decidido, poniendo fin a la disputa y preguntando a Mía qué había sucedido realmente.

"Es difícil de explicar, de repente él apareció y empezó a atacar a mi padre. Yo intenté..."

"¿Qué le hizo?" La interrumpió el Capitán América impaciente.

"Le quité el ojo". Dijo Loki sin más, aquel sujeto a quien ella comenzaba a odiar cada vez más.

"Y lo dices como si nada, eres un desgraciado". Dijo molesta ante su burla. Él, sin embargo, le respondió con una sonrisa coqueta. "Que pedazo de imbécil". Pensó con rabia.

"Señorita Schafer, necesito que se mantenga calmada". Dijo el individuo del siglo pasado.

La mente de Mía comezaba a discurrir cada vez más. "¡¿Calmada?! Creo que nunca has visto cómo le sacan el ojo a tu padre y no puedes hacer nada al respecto. ¿Entiendes la impotencia que siento en este momento? Me siento completamente inútil, y tú me dices que me calme. ¿Tienes idea del esfuerzo que estoy haciendo para no terminar apuñalando a alguien? No me voy a..." 

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Mar 13 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

La princesa desaparecida.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora