El instituto

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-Tu cuarto está en la quinta planta, habitación 3B, la compartiras con dos estudiantes- dijo la secretaria con una enorme sonrisa en la cara, rubia, ojos azules muy bien bronceada para un sueldo de secretaria, o tenía dos trabajos más que este o se acostaba con el director, y por la falda corta, la blusa ajustada y con escote debía ser la segunda- te va a encantar la UCLA, si quieres puedes pasarte más tarde para recibir el tour. 

-No, gracias-respondí- me gusta guiarme sola. Sin decir más me retire del vestíbulo para  dirigirme a mi habitación, no me agradaba la idea de compartir la habitación, no estaba allí para hacer amigos, solo quería terminar mi carrera para poder cumplir mi sueño, trabajar en las oficinas de Apple, si, era bastante ambicioso pero era lo que yo quería y estaba dispuesta a todo para conseguirlo. Llegue a la quinta planta guiánndome con el folleto que me había dado la secretaria. La habitación 3B parecía bastante agradable, vista al campo de fútbol, un baño privado, una litera y una cama de plaza y media al otro lado de la habitación, las paredes eran color crema, seguía oliendo a pintura y el piso parecía recién lustrado, en ella había una sola chica: pelo hasta la mitad de la espalda color caramelo, parecía su color natural, una piel bastante bronceada, ojos color avellana y con un piercing en su orificio nasal izquierdo, iba vestida con una camiseta de la banda Los Ramones, unos jeans bastante ajustados y unos vans negros muy gastados. 

-Emma ¿No?- tenía la voz algo grave, lo que le daba una presencia bastanta imponente y una actitud madura.

-Si, no me digas Em ni Emi ni ningún apodo que se te pase por la cabeza, me parece una idiotez- era algo que detestaba a todo lugar que iba, mi nombre era Emma por que no podían simplemente llamarme así- y ¿tu eres?

-Luciana, si quieres dime Lu, pero si me dices Lucy te corto la lengua y la pego en la pared- respondió, tenía caracter, me gustaba, no era la típica fresa hueca que uno espera encontrar-  por cierto estudio psicología clínica y tu? 

- Ingeniería en sistemas- respondí, su expresión no cambio lo cual era algo que me agradaba la gente cree que por estudiar una ingeniería eres un genio- ¿ya elegiste una cama? 

-Si, quiero la cama de abajo de la litera, en camas como esa de allá- señaló la cama del otro lado de la habitación- siempre me caigo por lo cual prefiero evitar las alturas y dormir pegada a la pared, si la quieres es tuya. 

-En realidad si, la quiero- odiaba las literas mi hermano y yo compartimos habitación hasta que empezamos a madurar (ya saben, te crece el busto, él se levanta con una erección), el siempre elegía la de abajo y a la hora de dormir yo terminaba durmiendo con él ya que odiaba dormir arriba- me agradas tal vez podamos ser amigas. 

-¡Que honor!- dijo con sarcasmo- voy a comer algo ¿vienes? 

-No, tengo que desempacar- además de esconder ciertas cosas pensé- nos vemos luego. 

-Ok- dijo y sin más salió de la habitación.

Empecé a llenar el closet con mis cosas, luego poner algunas fotos de mi hermano y yo, por último y más importante, fabriqué un fondo falso en mi mesita de noche y metí allí el disco duro de mi Mac, habían cosas que prefería esconder de todo el mundo, el pasado era demasiado doloroso y había llegado a California para olvidar todo aquello. Por cierto mi nombre es Emma white, soy de estatura normal por decirlo así, tengo el cabello café oscuro y largo, los ojos café claro, se puede decir que tengo un "buen cuerpo" el busto algo grande la cintura pequeña, un trasero moldeado por hacer atletismo en la secundaria y unas piernas largas y esbeltas, no me aprovechaba de ello por supuesto, nunca lo utilice para conseguir que el profesor me subiera la nota o un chico me pagara la comida, eso era algo de fresas y moriría antes de ser una. 

Me cambie de ropa, un jean negro mis vans preferidos color vino y una blusa de manga larga. Cogí mi llave y salí de la habitación. Por los pasillos habían varios estudiantes, atletas, las típicas fresas piernas abiertas, vaya esas tipas eran como una plaga las encontrabas a cada lugar que fueras. 

-Bonito trasero amiga- escuché gritar a alguien- por que no vienes para verlo de cerca. Y era obvio que faltaba el idiota morboso que pensaba en la mujer como un objeto sexual, como les dije antes años de atletismo habían hecho que mi trasero fuero algo llamativo y con unos jeans negros era obvio que se haría notar, sin embargo no soportaba a esos sujetos, en mi secundaria lidié con varios de ellos, se colaban a mis praticas de atletismo, trataban de entrar en los vestidores a veces creía que eran peor que las piernas abiertas. 

-¿Por qué no vienes tu?- pregunté con una actitud coqueta, este tipo no se imaginaba lo que le esperaba. Una sonrisa se formó en su rostro de inmediato, ¿De verdad creía que iba a llegar a algo conmigo? Inepto. 

Se acercó rapidamente son esa estúpida sonrisa en la cara, ojos verdes, bastante alto, con un cuerpo atlético, su cabello despeinado a propósito, si no fuera un imbécil sería atractivo. 

-¿Qué tal preciosa?- dijo al llegar a mi tratando de parecer lo más atractivo posible, típico- ¿Quieres un tour privado por el campus?

-Si, me encantaría ver de cerca tu cuarto- dije mordiendome el labio y viéndolo de arriba a abajo- ¿Por qué no vamos allí ahora? 

Se acerco a mi lo suficiente para verlo de cerca, si era bastante atractivo, tenía la dentadura perfecta y cuando sonreía se le formaba un pequeño hoyuelo en la mejilla izquierda, olía delicioso, una mezcla de olor a café con madera, definitivamente eso me atraía. Sin embargo no era estúpida, yo no vine aquí para conocer al hombre de mis sueño y si lo hiciera definitivamente no sería este.

-Yo no juego nena, me muero por estar entre tus piernas- aqueroso, era lo único que buscaba, meterse en mis bragas.

-¿Por qué no te pasas por allí después de irte al diablo?- ya me había hartado el sujeto- escúchame bien claro bragueta fácil, solo me acostaría contigo cuando se congelara el infierno. Sin esperar una respuesta seguí caminando hasta llegar a la cafetería, Lu estaba allí con un plato de ensalada en la mesa y hablando con un sujeto.

-... Así no puedo más Luciana- dijo él- necesito una respuesta, algo claro no como las anteriores. Fue en ese preciso momento en el que supe que era hora de irse, pero al parecer Lu no pensaba lo mismo.

-Emma ¿viniste a buscarme?- me miro con cara de "sácame de aquí ahora"

-Si, en realidad si, necesito ayuda con mi llave no la encuentro- dije lo primero que paso por mi mente.

-Lo siento Liam, una amiga me necesita, hablaremos luego- dijo ella tratando de escabullirse por la mesa, pero el tal Liam fue más rápido la cogió de la muñeca y la puso frente a él. 

-Esto no se ha terminado aquí me debes una respuesta- dijo él en actitud amenazante. 

-Wow wow wow- me interpuse entre los dos- bájale dos rayas a tu ego amigo o tendremos problemas. El tipo me quedo viendo con odio en su mirada y se fue caminando rápidamente por la cafetería.

-Emma me salvaste la vida, el y yo bueno, no tuvimos una buena historia si sabes a lo que me refiero- parecía bastante angustiada, no se parecía en nada a la chica de la habitación, relajó su expresión y me miro- por cierto corren rumores de que ya conociste a Alex Stone.

-¿El idiota del pasillo?- vaya que rápido de exparcían los rumores en aquel lugar.

-Si, todas las huecas de aquí se han acostado con él, créeme no quisieras que se divulguen cosas así de ti, por ese jueguito del pasillo te ganaste un lugar en cada boca y Facebook de UCLA.

¿Facebook? Ja! Podría hackear cada cuenta de aquel lugar con dos horas en mi Mac. Esa era una idea bastante interesante...

-Lu nos vemos luego, tengo que hacer algunas cosas- me despedí de ella con la mano y salí corriendo a mi habitación. Ese sería mi pequeño proyecto personal en la UCLA, descubrir que decía cada persona de lo que pasaba allí, confiar en una red social tan fácil de hackear, que incrédulos. 

La HackerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora