La Hacker

Una laguna de memorias perdidas

Los siguientes días pasaron sin novedad, Alex parecía estar evitándome ya que no lo veía mucho desde la última conversación que habíamos tenido, trate de hablar con él un par de veces pero había reaccionado distante y frío, así que deje de insistir. Cuando Lu y Connor regresaron de sus vacaciones empezaron a bombardearme de preguntas, pero decidimos ir a comer fuera para hablar sobre eso.

-¿Cheese fries? -dijo Lu mientras caminábamos al auto de Connor intentado no pisar los charcos llenos de agua que rodeaban el estacionamiento.

-No, esta vez invito yo- dijo Connor con una sonrisa en la cara, se lo veía más animado desde que había vuelto de su casa.

Conducimos por aproximadamente 20 minutos hasta que llegamos a un lugar hermoso cerca del bosque, era una cabaña de madera algo pequeña para ser un restaurante pero bastante acogedora. Pasamos a una mesa en la parte de atrás donde había una gran ventana que daba al bosque, Connor parecía haber estado allí varias veces porque las meseras no intentaban coquetear con él, eran amables y cuidadosas con lo que decían.

-Muy bien, ¿quién comienza?- dije revisando disimuladamente el menú.

-¡Tu!- dijeron ambos al unísono.

-Esta bien ¿qué quieren saber?

-En primer lugar ¿cómo se te ocurrió ir a la fiesta de Navidad con el tipo que la utiliza para que su amigo pase un buen rato?- habían pasado días y Lu seguía enfadada conmigo, como si hubiera cometido un pecado.

-Lu, ya te lo dije como mil veces, el me vio sola en la cafetería y me preguntó que haría esa noche, tenía planeado hacer deberes y ver películas pero insistió en que lo acompañara a la fiesta y acepté

-No entiendo que tiene de malo, Lu- dijo Connor volviéndose a ella con una sonrisa divertida- Alex no es tan malo como todo el mundo lo pinta, simplemente tiene problemas para aceptar el compromiso y creo que esta esperando a la chica adecuada- me lanzó una sutil mirada cómplice.

-¿Qué tiene de malo, Connor? Ese tipo se ha tirado más mujeres que yo comido papas con queso

-El puede cambiar ya sabes lo que dicen, el amor lo puede todo

-Ustedes dos basta- dije lanzándoles una bolita de papel que había hecho con mi servilleta- hemos pasado hablando de mi y mis melancólicas vacaciones en el campus, pero hasta ahora ustedes no han dicho ni una palabra de sus vacaciones en familia así que bien, los escucho

Ambos se miraron y finalmente Lu suspiró y sonrió.

-Fuimos con mis papas a Brooklyn a visitar a mi abuela, nos reunimos con la mayoría de mi familia allí, comimos, cantamos y recibí varios regalos que me gustaron, mi mamá me dio un disco de vinilo de ACDC el cual ni siquiera he sacado de su empaque, mi papa me regalo un reloj muy bonito el cual no me pongo por miedo a perderlo y mis otros familiares prácticamente me dieron ropa, fue muy lindo es la primera navidad que pasamos todos juntos desde que mi abuela salió del hospital- Lu parecía tan feliz con su familia, para ella la navidad si tenía un significado real.

-¿Por qué estaba en el hospital tu abuela?- pregunté dándome muy tarde cuenta de mi error.

-Ella, tiene leucemia, casi siempre por estas épocas tiene recaídas pero este año fue diferente paso bien, estaba alegre- dijo Lu casi nostálgica- pero mucho de mi, ¿cómo está Kenzie, Connor?

-Está feliz, le mostré muchas fotos de ustedes, dijo que quiere conocerlas, pasamos bien, normalmente nos reunimos con algunos amigos de mi mamá para hacer una gran cena pero este año mi mamá hizo algo pequeño solo para Kenzie y yo, abrimos los regalos y luego conversamos hasta muy de noche metidos en la cama de mamá, fue algo único y realmente especial- la familia de Connor era pequeña pero estaba unida- hablando de regalos, creo que es hora de que les de los suyos- dijo sacando dos paquetes pequeños de su maleta y nos los dio a cada una.