☠El Último Día☠

38 2 0
                                    

Blanco

-Demasiado claro.

Crudo

-Muy sucio.

Hueso

-Parezco muerto.

Crema

-Muy limpio.

Marfil

-Luciría como anciano.

Caqui

-Muy pretencioso.

Alzo mis brazos, retirando suavemente el suéter por mi cabeza, dejando que la suave tela acaricie mi piel mientras sube, lento, enmarcando mi cintura, estómago y torso como si fuera la suave caricia de tus dedos. Inclino mi cabeza hacia un costado y dejo que mi boca se abra, imaginando tu presencia junto a la mía, escuchando tu aliento chocar contra el mío mientras tus yemas recorren mis clavículas y hombros, pasando por cada músculo de mis brazos hasta llegar a mis muñecas, donde se demoran un momento para luego delinear suavemente las palmas de mis manos y la longitud de mis dedos.

¿Beige?

-Perfecto –contesto a todos pero a nadie en particular.

Con la respiración aún agitada, dejo la camisa sobre las sábanas de seda y me pongo en su lugar tu camisa favorita, aquella que me consigue una de tus sonrisas cada vez que la uso, por lo que con el tiempo se convirtió en la mía también.

El eco de tus pisadas resuena en mis oídos mientras me preparo para lo que se viene. Subo mis pantalones de vestir mientras me miro al espejo pensando en cómo en breves veré tu cabeza asomarse por la puerta con esa confianza en lo que haces que tanto te caracteriza. Te escucho subir los escalones que llevan a mi recamara mientras decido seguir el consejo de un amigo e intento meter el suéter por dentro del pantalón como aquellos chicos de Instagram que tanto sigue. Tu pelo sedoso y recién peinado recae levemente sobre tus ojos cuando me dices que parezco un profesor, como siempre lo haces porque te gusta mantenerlo a ese largo ya que "Cuando lo rizo queda a la altura perfecta" y porque, en efecto, visto como profesor.

Me encontraba volteándome tratando de convencerme a mí mismo de que este estilo me favorece cuando escuché finalmente girar la perilla de mi puerta. Sin embargo, no me giré a verte, no podría, hoy es nuestra cena de todos los meses, donde sin falta te vistes con tu clásica ropa negra que sabes perfectamente me deja sin aire y aprovechas que vamos a un buen restaurante para ponerte tus aros, collares y cadenas que hacen que el mundo deje de girar mientras estoy a tu lado. Siempre has sabido cómo vestirte, conoces tu cuerpo mejor que nadie.

Desde que comenzaste a bailar de forma más profesional te he visto en tu doloroso pero dedicado camino para descubrir tu estilo, jugando no solo con tu forma de vestir sino que también con mi cordura, de la cual me queda muy poca. Desde sombreros hasta plataformas, de estampados coloridos a looks completamente monocromáticos, te las arreglaste para lucirte en todos ellos, pero el negro y las cadenas siempre fueron, son y serán mis favoritos. Te noto más cómodo cuando los usas, como si el resto fueran facetas que usas según la gente de la que te rodeas y solo conmigo puedes ser realmente tú.

-¿Te gusta? –Te pregunto, como todos los meses, aun cuando sé cuál será tu respuesta.

-Realmente sí, hoy luces como profesor sexy, de esos que probablemente expulsan por relacionarse de más con sus alumnos –Me sonrojo cuando te veo escanearme de pies a cabeza, regalándome una de esas risas que podría escuchar hasta el último de mis días sin cansancio. –Pero nadie se enojaría con el profesor, porque en realidad todos estábamos enamorados de él –Aparto la mirada al espejo cuando te veo darme un coqueto guiño y finjo poner atención en acomodar la camisa que llevo debajo del suéter. –Luces de infarto, Soo, como siempre, te espero en la puerta.

El Último Día ☠ Yeonbin osDonde viven las historias. Descúbrelo ahora