𝑳𝒂 𝑮𝒓𝒂𝒏 𝑬𝒔𝒕𝒂𝒇𝒂 𖤘 𝐇𝐲𝐮𝐧𝐋𝐢𝐱

𝟐𝟒

♡ᶫᵒᵛᵉᵧₒᵤ ♡ [ ʜʏᴜɴʟɪx ] ♡ᶫᵒᵛᵉᵧₒᵤ ♡

El día en la alcantarilla había sido agotador

Seungmin no decía ninguna palabra

Se mantenía callado aquél jóven

Félix le había fallado a la ley de la empresa y a su ley como policía

Había dejado morir a un inocente

A un inocente que les ayudo a huir

Un inocente que se sacrificó para que ellos lograrán salir

Yang Jeong-In

Seung-Min se mantenía caminando a un lado no fijó

Pues en el trascurso de salir, Seung-Min había tirado el mapa que el pequeño Jeong-In les había dado para poder salir

Félix lo había recogido y había guiado al joven que estaba sin hablar, ni siquiera murmurar alguna cosa

—Es-us- ¿Está bien?— pregunto Ji-Sung, quien se encontraba mirando a su jefe llorar por un largo tiempo

—No— soltó en un sollozo sin siquiera dudarlo, lloro y calló al piso al sentir aquél abrazo que Ji-Sung le había dado

Se sintió tan bien

Tan cálido

Justo como su madre se los daba

Haciéndolo sentirse en casa

Su casa

—¡Agentes del FBI! ¿Usted es el agente encubierto Lee Félix?— pregunto un señor con chaleco del FBI

Félix calló

Calló junto al pequeño cuerpo de Seung-Min, pues este se había desmayado antes de llegar a la salida

Tal vez por estar caminando más de día y medio

Tal vez por no tener la fuerza suficiente

Oh, tal vez

Por el dolor

Por fin había acababo todo ese sufrimiento, por fin había huido de ese monstruo

Seung-Min se mantenía en el hospital, pues aún permanecía inconsciente

Félix fue llevado al edificio del FBI de Francia, pues le harían unas preguntas

Rodeado de agentes de la misma compañía

Alguno que otro reportero

Esos malditos reporteros

Chang-Bin no esperaba la sorpresa que se llevaría

Ya hace tiempo que no se veían, desde aquella vez

Aquella en la cuál habían intentado matarlo

—Lixi...— soltó en un suspiro corriendo a dónde Félix

Félix volvió a caer al piso al mirar a su esposo frente a él

Comenzando a llorar descontroladamente

Pues el aún pensaba que su esposo había muerto

—Bebe, no llores— logro hablar en sollozos

Félix tapo con sus manos sus oídos

Pues al escuchar la voz de su esposo

Se rompía aún más

Lo extrañaba demasiado