Capítulo único

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Chifuyu hizo una mueca mientras sus ojos se recorrían a sí mismo en el espejo. Se giró en el puesto y se acomodó un tirante que se le deslizó del hombro, sintiéndose más abochornado entre más se observaba. Se fijó en los bordes con encaje de su ropa, en los colores pasteles, en los broches que decoraban su cabello...

Jamás se imaginó que estaría en una situación así, pero ahí estaba: vistiendo un traje de maid.

—Vaya, no pensé que a Chifuyu le quedaría tan bien la falda —mencionó Draken, apoyado en uno de los asientos regados de la clase. Todo a su alrededor estaba completamente desordenado.

Y él, por supuesto, también tenía un traje. Solo que había una gran diferencia entre Draken y Chifuyu, no solo por su tamaño. En Draken el traje se veía exagerado, era claro que no lo usaba en serio, sobre todo porque no le importaba estar con las piernas abiertas de par en par y enseñando la ropa interior.

En cambio, con Chifuyu era diferente porque... de alguna manera el traje le ajustaba en las zonas adecuadas. Demonios, ¡hasta podía decir que se veía bien! Por ello el comentario de Draken le provocó un sonrojo en las orejas y se giró en el puesto, cruzándose de brazos.

—Yo no lo creo así —refutó en su lugar, haciendo una mueca de fastidio.

—Las faldas son bastantes cómodas ahora que lo pienso, se siente fresco —mencionó Mikey de repente, girando en su lugar y mirándose de arriba abajo—. Creo que robaré algunas de Emma.

—Hey —gruñó Draken, dándole un golpecito en la frente a Mikey, quien soltó un quejido bajo.

Chifuyu apretó las manos a los costados, suspirando por lo bajo. Todos a su alrededor estaban locos. Y no era de menos en realidad. En ese momento la escuela estaba celebrando el Festival que se hacía todos los años, se supone que habrán un montón de invitados o eso dijo el director en una conferencia anterior. Por ello, cada clase debía elegir una temática para llevar a cabo y el que consiguiera mejores clientes —y a su vez, ganancias— se ganaría un premio. Chifuyu no sabía con exactitud cuál era el premio y tampoco le interesaba.

Su clase se estaba encargando de un maid café temático. Al principio no le parecía algo muy novedoso, pero cuando a las chicas se les ocurrió la idea de que el tema principal fuera Sanrio y, además, que los chicos fueran los que vistieran los trajes de maid, Chifuyu se percató de que estaba metido en un problema.

Y ahora mismo estaba vistiendo ese problema, mas parecía que era el único inconforme con ello.

Draken y Mikey no hacían más que alzarse las faldas entre sí, Takemichi lucía bastante sonrojado y feliz al lado de Hina, quien en su lugar vestía un smoking que le sentaba bastante bien. Mitsuya también tenía puesto su traje de maid, pero estaba ensimismado arreglando el de Hakkai, el cual al parecer se había rasgado a un costado. Baji estaba frente al espejo arreglando su cabello con los broches que le habían dado y lucía bastante concentrado en su tarea de hacer que luciera bien. Pa-chin y Peyan desde hace un buen rato se habían estado tomando fotos en todas las poses posibles mientras se carcajeaban sin parar.

Dio un suspiro bajo, con los hombros caídos. Realmente no supo por qué la mayoría estuvo de acuerdo con ello, pero allí estaba. El día había llegado y los chicos ya tenían sus trajes puestos, los cuales habían sido hechos por el club de costura, liderado claramente por Mitsuya.

El personaje de Chifuyu era Cinnamoroll, por ello su falda era de color celeste y con volantes. Tenía unas medias blancas que le llegaban a la rodilla y zapatos negros, además de los accesorios del cabello que eran de la misma paleta de colores. Las chicas se habían emocionado bastante mientras lo arreglaban, mas Chifuyu no podía evitar sentirse... expuesto.

En medio de faldas y caricias |KazuFuyu/ToraFuyu|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora