03. 𝐨𝐥𝐝 𝐛𝐞𝐬𝐭𝐟𝐫𝐢𝐞𝐧𝐝𝐬

11 0 0
                                    


❛ how many funerals can someone attend before they turn nineteen? ❜

Sabían que dolía.

Ver directo a la tumba y leer el nombre en la cripta hacía que sus corazones se movieran violentamente en sus pechos tratando de huir del doloroso momento que pasaban en el cementerio.

Nadie hablaba, no podían conservar la voz completamente; las tres chicas trataban de mantener su llanto a raya. Sus sollozos se quedaban dentro de sus bocas mientras que sus lágrimas caían como arroyos sobre su ropa. Los chicos solo veían en dirección donde su amiga estaba enterrada, tratando de asimilar que ya no la volverían a oír ni a ver.

Todo aquello había pasado casi dos meses atrás, pero todo se mantenía tan fresco en sus mentes que no podían dejarlo ir. Ellos fueron los que encontraron a la chica sin vida en su casa.

El viento helado los azotaba haciéndolos sentir escalofríos que calaban en lo más profundo de sus cuerpos. El primero de los masculinos en soltarse a llorar fue el único que llamaba a la chica su hermana. El moreno no pudo seguir aguantándose, caminó los pasos que lo separaban de la tumba y se dejó caer sobre sus rodillas.

En su mente se repetían aquellos días, aquellos donde la oscuridad lleno todo.

Ella no demostraba tener miedo, pero al estar y sentirse sola era demasiado por afrontar. Y así es la vida, en un segundo estas en la cima y al siguiente a plena caída. Como ella.

La mente de la chica había dominado todo en su vida.

"Resiste", repetían sus pensamientos una y otra vez como si eso fuese a cambiar algo de lo que iba a pasar. De la misma manera su corazón y cuerpo le contestaban con un "Ya es demasiado tarde".

Y explotó. Soltó todo lo que por años había estado guardando; lloró por sus padres. Por su hermano, por su ex y por ella.

Ya no podía más con ello. No pudo resistir un momento más. Estaba exhausta.

Su mente tuvo un colapso. Los recuerdos de todo la invadieron, atacando sin piedad alguna apuñalando su corazón una y mil veces.

La soledad la había embargado hace tanto tiempo que ya no sabía dónde había quedado la Margaret real. No sabía dónde terminaban sus problemas y donde comenzaba ella.

Su familia había muerto, se sentía tan sola. Aquella tarde de diciembre en que entró a su casa lo cambio todo. Regresaba de pasar la tarde en casa de James, los merodeadores la habían convencido de pasar unos cuantos días en la casa de los padres Potter antes de que llegara la Navidad y con eso su viaje familiar a París.

La pasó bien, bebió y se embriagó. Grito a los cuatro vientos como aquel era el mejor año de sus vidas y como estaba tan feliz de poderlos llamar amigos.

Se confesó a su primer amor. 

Y la única persona que creía buena en su vida le dio la espalda cuando más lo había necesitado.

 Sabía que era malo depender de alguien; pero al final siempre había dependido de las personas. Primero había sido de sus padres pero cuando su madre murió por el cáncer todo recayó en su padre, y cuando a este lo mató una bala perdida se sintió desorientada.

No sabia como era estar sola y aquella situación era tan consternante que necesitaba alguien en que refugiarse.

Desesperadamente buscó alguien en quien volcarse y ese fue su mejor amigo. Aquel chico que conocía desde niños, a quien consideraba su familia y confió su vida la defraudó. Gracias o lamentablemente –depende de a quien le preguntaras– estas dos figuras estaban contenidas en una sola persona.

feeling our fictional heartbreak ⚯ harry potter one shotsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora