Maldito lunes.

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— ¡Ya viejo, deja de golpearme! — me gritó Erid, —Erid, la pequeña basura que sabe la vida de todos— mientras doblaba su pierna por debajo de él, de alguna manera, Erid tenia flexibilidad, lo que hacia que no le doliera tanto, no más que los golpes en su cara — ¡Deja de golpearme, mierda! — me gritó de nuevo Erid, con su cara hecha un tomate — Te daré lo que quieras, insecto, ¡pero sueltame! —lo dejé de golpear, una vez entumida mi mano — bueno — le dije — Dime solo malditamente lo que quiero saber, maldita rata inmunda, ¡dime quien mierda está diciendo que mis padres se están divorciando y que me corrieron de mi casa! — en partes, ese estúpido rumor era verídico, mis padres se estaban divorciando, pero nadie en este maldito mundo debía haberlo sabido, estoy solo en esta mierda, estoy jodido, pero jodido solo yo, maldita vida. ¡Maldito lunes!— no, no, ¡no! No debo decirte — exclamo Erid, con tanta veracidad — Son rumores que no son verdad, ¿cierto? — me preguntó Erid con una gran estúpida sonrisa en su maldita cara — Tal vez, tal vez Tobías, tus padres se están divorciando por que eres una bazofia como persona y como hijo — se empezó a reír Erid, con una risa que imitaba a un elefante pariendo — Si, ese rumor debe ser cierto — Dijo Erid, se veía fatigado y cansado, muy cansado — ¿Sabes?, a veces no me gusta ser este tipo de persona, que la gente, hasta mis propios amigos no me cuentan nada por que soy un chismoso de primera. ¿Pero sabes con que se me pasa? — me preguntó Erid. Niego con la cabeza — ni idea — le dije — Recuerdo la peste de persona que eres, y la basura en que te has convertido, más que una cara bonito y un buen físico, eres una completa ¡mierda! — dio un énfasis a la palabra mierda, eso, eso hizo que mi furia estallara, me desquite con el, le di una lluvia de puñetazos, descargue toda la mierda que traía adentro, lo que el dijo no era verdad, nada es verdad, la única verdad es que esto apesta, un golpe, tras otro, tras otro, me cansé y deje que su maldita sangre corriera por todo el gimnasio, no me importa si muere, lo más probable es que haya quedado inconsiente, después, me dirigí al baño de hombres, a lavarme y secarme, limpiar todo el estrés del comienzo de semana, y me fui a la miserable clase de matemáticas.

Los ojos de Paula.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora