Hoy es el primer día de escuela en la nueva Universidad donde fui transferida. He pasado por millones de colegios, preparatorias, y ahora estoy en una universidad que se pinta mugre y odiosa. Todo por el maldito trabajo de mi madre. No quiero ir. No quiero ir. — Paula — me gritó mi mamá desde la planta baja — ¡Paula! — volvió a gritar — Niña, ¡apurate que se me hace tarde para el trabajo! — insistió — ¡Luego me regañan y de esto vivimos niña! — a su último reclamo, bajé por las escaleras, ya lista para ir de nuevo a clases, por que así es la vida, y así me reflejo en ella. Dormir. Trabajar. Comer. Volver a dormir. Volver a trabajar. Volver a comer. El mundo gira en torno al dinero, todo en este mundo gira por el dinero. Si no trabajo, no hay dinero, ¡maldita sea!
Abordamos el carro y me dirigí a la Universidad St Johnson.
Es un lugar muy bonito, claramente se puede observar como la primavera va llenado de color los árboles, los llena de vida, de entusiasmo, de tranquilidad. Ojalá eso pasara con nosotros, los humanos, los que destruimos poco a poco toda la mierda que se nos es dada. Ojalá nos renovaran, ojalá y toda la estupidez que llevamos dentro fuera retirada. Ojalá nos sintiéramos vivos. Ojalá el maldito cáncer que llevo a todas partes me fuera retirado, ojalá.....
— Paula — me llamó mi madre, Cecilia, la señora más grande del mundo. Ella, ella me recogió cuando mis inútiles "padres" me dejaron en un orfanato. Doy las gracias, verdaderamente que esta señora me haya acogido, es un ángel. Me acompaña a todas mis quimioterapias. Mis tratamientos. Siempre da lo mejor de ella sin esperar algo a cambio. Es una buena persona. Es la sujeto perfecta. — Paula, nena, sé que es difícil cambiar de escuela todos los años, cada seis meses, pero así es esto. Es por el trabajo. Entiende nena, esto estará bien. Estaremos bien. — Maldita frase no tranquilizadora Agh — Así que ahora baja a tomar tus clases, es tu primer día de clases y ya cerraron la entrada. Te amo — Nos vemos — le respondí. Le di un beso en la mejilla y me bajé corriendo a la miseria.
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Los ojos de Paula.
RomanceLos ojos de Paula. A Tobías le gustan los ojos de Paula, los encuentra inexplicables. A sus 18 años de edad, este ha sido su mayor delirio. Este ha sido el mayor insomnio de sus noches. ¿Será que Tobías consiga adueñarse de los ojos de Paula? ¿Es es...