Una noche agitada

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— Adivina quién soy— Dijo Leorio desde una banca en aquel parque, a unos metros de su amigo rubio.

-— Mjm... Leorio...— Respondió kurapika con un tono nostálgico mientras era observado por Gon y después por Killua.

Después de esa pequeña pelea de comida y todas esas risas, los cuatro amigos decidieron ir a cenar en un restaurante cerca de donde estaban. Hasta aquí todo normal, ¿No es así? Cuatro amigos saliendo a comer después de todas las dificultades que tuvieron que pasar. Pero... Leorio tenía un secreto...
¿Cuál era? Simple, le gustaba su mejor amigo. Así es, Leorio se dió cuenta de cuánto apreciaba a kurapika en cuanto se separaron por meses, sin contacto alguno, ni una llamada, ni un mensaje.

Realmente lo extrañaba, en cuanto lo vió quería abrazarlo tan fuerte como para romper sus costillas, decirle que todo estaría bien, que tomara un descanso, que siempre podía confiar en él, que era su lugar seguro... Tantas cosas quería decirle y hacerle, pero no hizo ni dijo nada de eso, no podía, no quería perder a su más preciado amigo por el que ahora empezaba a sentir algo más que amistad.

Entonces, se le ocurrió una idea. La idea más ingeniosa en la que había podido pensar de camino al restaurante en York shin. De hecho, era estúpida, pero bueno... Era Leorio. Y, ¿Cuál era la idea? Fingir estar borracho.
Así es, nada más y nada menos que fingir estar borracho. ¿Verdad que es estúpido?
Pero en ese momento, la idea era de lo más genial que se le pudo haber ocurrido al bello aspirante a doctor.

¿Para que fingir estar borracho? Bueno, conociendo a kurapika, él lo llevaría a su habitación de hotel para que descansara ya que "estaba borracho". No sabía cómo decircelo de frente, "me gustas" "te amo" "kurapika... Yo..." Nada de eso funcionaría, a Leorio le ganaría la vergüenza y ni siquiera terminaría de hablar, además tenía que deshacerse de los niños. En unos cuantos minutos fue la mejor idea que tuvo.

Llegaron al restaurante. Hora de poner el plan en marcha...
Empezó por una cerveza, todo tranquilo, después pidieron la comida y todo normal. No quería tomar mucho, después de todo no quería parecer un alcohólico borracho vagabundo enfrente de la persona de la cual estaba enamorado.
La cena transcurrió con normalidad, hablando de cosas triviales, anécdotas, recuerdos, cosas que vieron o conocieron mientras viajan uno lejos del otro.

Leorio fue pidiendo otra cerveza más, y otra más, mientras hablaba sobre sus estudios y fingía estar mareado. Dieron las 9:00p.m., llevaba tres. Pronto, las 10:00p.m., cuatro. En ese momento empezó a "sentirse en verdad mal" así que kurapika hizo exactamente lo que Leorio espero que hiciera.

- Chicos, ya es tarde y Leorio no se siente muy bien.- Dijo el rubio mientras se levantaba de su asiento- Creo que mejor lo acompaño hasta el hotel en el que está hospedado.-

- ¡Claro!- Dijo el moreno peliverde con una sonrisa en el rostro- Espero que esté mejor mañana.-

- Gracias...- Leorio contestó con tono débil, pero sonriendo interiormente. Su plan estaba funcionando.

- Ustedes también deben ir a dormir ya, niños.- Regañó kurapika los dos compañeros inseparables.

- Si, señor- Contestaron los dos al mismo tiempo, Killua con el tono burlón que lo caracteriza y Gon con ese tono y expresión obedientes.

- Vamos, Leorio- Dijo kurapika- Nos vemos.

Caminando en una de las tantas calles en York shin, en silencio total -pero no un silencio incómodo, sino que un silencio que trae paz al alma-, bajo la luna, con el viento frío soplando en contra suya, rumbo al hotel en el que estaba Leorio, que éste mismo dijo:

- La luna está hermosa, ¿Cierto?- Con tono un tanto tímido y delicado, algo inusual en él.

Kurapika solo le volteo a ver con una expresión un poco sorprendida que después se transformó en una bella sonrisa, y dijo:

Borracho [Leopika] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora