kill my butterflies [en edición]

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"Ese beso no significó nada"

Jadeos de dos adolescentes hormonales llenaban nuevamente un baño de un tercer piso, uno en el que nadie entraba. Los labios de un pelinegro con nombre Hwang Hyunjin, besando los labios de un rubio de pecas con nombre Lee Félix que estaba sentado sobre el en uno de los cubículos.

-Hyunjin, si seguimos llegaremos tarde.- Mencionó Lee casi sin separar sus labios del chico.

-¿Y? ¿Eso que importa?- Hyunjin besó entre la mandibula y cuello del menor, una marca que se vería a simple vista, no como las demas que fácilmente podría taparlas con el cuello de la camiseta.

Unieron sus labios nuevamente. Hwang dando un paso en falso tocando de mas a Félix, bajó una de sus manos de la cintura hasta el pantalón suelto que llevaba el Australiano introduciendose en el.

El rubio se sobre saltó separandose del beso casi al instante.

-¿Que crees que haces?- Sacó las manos del contrario de su pantalón levantandose y se colocó la ropa desordenada.

-¿No es obvio? Quiero tocarte más.- Escupió Hyunjin quejándose por el comportamiento de Félix.

-¿Como? ¿Crees que soy una puta de usar y tirar? Baja tus expectativas 'heterito'.- Hizo unas comillas con sus dedos saliendo del baño.

[...]

-Que sea la última vez que tienen ese tipo de comportamientos en el centro, y mucho menos en horarios de clases.- Alguien había descubierto a ambos chicos y ahora el director les estaba llamando la atención.

-Lo siento, no volverá a pasar.- Añadió Félix.

Pero estaba claro que volvería a pasar.

Una vez que ambos chicos salieron del despacho del director, cada uno tomó un camino, sin hablarse, sin mirarse, nada. Félix volvía al baño para ahogar sus penas dentro ¿Que importaban las clases? Si la persona que mas ama en el mundo apenas ayer le dijo "¿Porqué no te matas?" y hoy lo había besado como si nada.

Ha pasado casi un mes desde que Hwang Hyunjin y Lee Félix dejaron de ser los mejores amigos inseparables, y Félix quería volver a eso, aun le duele solo poder tener interacción con el de vez en cuando si coincidian en los baños, y solo sería para que el pelinegro bese desesperado a Félix y se desahogue en el.

¿Que hubiese pasado si me hubiera dejado tocar? Tal vez, habría sido mi perdida total de la inocencia.

Félix lloraba sentado en el suelo, sus rodillas pegadas a su pecho, abrazaba sus piernas mientras escondia su cara en ellas, lloraba desesperado, con arrepentimiento, rabia.

[...]

Hwang llegó a clases, con mala cara, habia llegado una hora tarde, pero tampoco le importaba demasiado.