"Ayer, al ver tu hermosa sonrisa mientras leías mi carta me sentí el hombre más afortunado del mundo. Hoy, me levanté pensando en que podría hacerte sonreír muchas veces más, si tú me lo permites, claro está. Y sonreí, pensando en lo perfecta que eres, y lo estúpidamente crédulo que pude llegar a ser yo, como para creer que algún día me harás caso.
Sin embargo, te quiero, demasiado"