La monotonía y noche reinaban las calles del territorio eslavo, exactamente en Moscú, Moscú Rusia. Donde un joven albino caminaba por los helados caminos cubiertos por una fina capa de hielo, que no temía pisar, ¿por qué lo haría? A final de cuentas sabía que no caería de ninguna manera, su azulada mirada se alzó con el motivo de ver el palacio.
El manto estelar y las luces que lo iluminaban lo hacían ver más majestuoso que de costumbre, una ligera sonrisa se hizo presente trás recordar momentos a lado de sus hermanos. Paró su caminar con el motivo de continuar observando tal cosa, ¿quién diría que una madrugada solitaria y fría se convertiría en una nostálgica y cálida noche?
Aunque, había algo en su pecho que exigía una respuesta, una respuesta. ¿Qué respuesta? Continuó caminando pensando en ello, en el porqué se sentía tan vacío. Eso siempre había sido así, la menos eso creía.
En un mal paso resbaló y cayó al helado suelo dando un querido bastante fuerte, de hecho, tuvo que obligarse a soltar una grosería cuando ni siquiera era su propósito hacerlo, el eslavo era muy correcto y nada grosero (claro, sino lo sacaban de quicio).
Su visita se nubló, sentía como de su cabeza corría un líquido cálido. Imaginó que sería el hielo.
Y vino algo.
—América.—
—Él no es tú enemigo, Rusia.— esa voz le hizo sobre saltar, su cabeza giró, ahora estaba en un lugar blanco, retrocedió cediendo al miedo, había dejado el alcohol hace tanto, no podía estar ebrio mucho menos drogado. Él no iba dirigido a esas fechorías.
—¿Quién? ¿Quién dijo eso?— mencionó en un intento por sonar amenazante, pero una risita se hizo presente, una risa nada amable, más bien, burlona. Rusia hizo un puchero ante eso, portandose como un niño, y de hecho... Era un niño, miró sus manitas pequeñas y su ushanka cubría sus ojos de tal manera a en la que no podía ver.
Tal como haría un infante, entraría en pánico ante lo desconocido, ante algo que nunca ha vivido y las grandes perlas transparentes caerían por sus rosadas mejillas.
—Come on, ¿el gran Rusia llorando?— esa voz. Quitó de sus ojos esa estorbo saber ushanka mirando al americano quien ya lo estaría cargando en brazos rodeandolo en un abrazo acurrucandolo.
Era cálido, más cálido que sus recuerdos con sus hermanos, cálido como un día cerca de la chimenea, Rusia recostó su cabecita en el pecho del "joven" americano.
Mientras tanto una sonrisa se dibujó en los labios de América. Dando palmaditas en la espalda del pequeño soviético.
—América, ¿qué haces con Rusia?—
—Se llama dar amor a tus hijos, estúpido soviético.— dijo con ligera molestia dando una mirada a el ruso.
—Mis hijos no necesitan tus mariconadas.— Rusia sintió ser arrancado de los brazos del mayor.
Y despertó.
—¡Rusia! Cuando Bielorrusia llamó me dijo que estabas mal, ¡casi te quiebras la cabeza!— mencionó asustado el kazajo mirándole con molestia.
—¿Estados Unidos? ¿Donde?— hizo una pausa, ¿que acababa de pasar?
—... ¿Estas bien? ¿Tuviste un sueño húmedo? ¿Quieres que te deje solo?— el kazajo solo recibió un buen puñetazo en la cara trás decir eso.
No, él no quería a su enemigo.
¿O sí?
Aquí con otra historia que se basan en mis headcanon. Los amo. <3
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Memorias. [Rusame]
Romance。 ♡ 。 ♡。 ♡ ♡。 \ | /。 ♡ 𝓗𝓾𝓫𝓸 𝓾𝓷𝓪 𝓿𝓮𝔃 𝓮𝓷 𝓵𝓪 𝓺𝓾𝓮 𝓬𝓻𝓮í 𝓪𝓶𝓪𝓻. ♡。 / | \。 ♡ 。 ♡。 。 ♡ Rusia ha caído en cuenta de estar enamorado del aamerican trás las constantes memorias pérdidas, memorias que recordó al visitar Moscú y...