Prólogo

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Disclaimer: Tanto Naruto como Naruto Shippuden son propiedad de Masashi Kishimoto. Sólo utilizo a sus personajes para mis historias, sin fines de lucro. Las historias aquí presentadas son completamente mías; cualquier robo de éstas, ya sea parcial o en su totalidad, será considerado como plagio.

Título: A través de sus ojos.

Rate: T.

Pareja: NejiSaku. Posibles menciones a otras parejas.

Advertencia: Lenguaje vulgar o grosero. Violencia moderada. Este fic está basado en el Universo Ninja, mas no será completamente apegado a éste, por lo que habrán ciertos cambios que más tarde notarán.

Summary: Cuando Neji Hyūga escuchó el refrán "ver la vida a través de los ojos del prójimo", nunca se imaginó que terminaría experimentándolo de una manera tan literal como aquella... y mucho menos de unos tan bonitos como los de Haruno Sakura.

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Prólogo

Neji Hyūga era un genio.

Eso nadie en la Aldea lo discutía; al contrario, todos parecían haber sellado alguna clase de acuerdo, un pensamiento en conjunto, en el que la palabra 'prodigio' hiciera acto de presencia siempre que el nombre del representante del Bunke fuera mencionado, sea cual fuera la conversación. Aún en su situación dentro de su propio clan, y pese a su buena relación con sus primas construida con el paso de los años, el shinobi infundía aún más respeto que las herederas de la rama principal. Algo que, naturalmente, jamás admitiría en voz alta.

Él en silencio lo disfrutaba.

Porque su vida, desde que podía recordarlo, se había basado exclusivamente en el silencio. Al inicio no pareció entenderlo— o se negó a hacerlo—, porque un ave que es forzada a permanecer el resto de su vida dentro de una jaula no encuentra la felicidad en las pausas encontradas entre trino y trino; sin embargo, pronto comprende que su propósito no es el de ser libre, el de surcar por los cielos con los que anheló desde que sus alas adquirieron la suficiente fuerza para sostener su cuerpo. No. Asume que su responsabilidad es la de servir como compañía, como consuelo y, en algunas ocasiones, como mero entretenimiento.

Por eso el canto de las aves enjauladas siempre suena tan triste. Pues, así lo quieran o no, su felicidad, y hasta sus propias vidas, se ven sacrificadas por las de alguien más. Él no entendió el concepto hasta que se encontró a sí mismo practicándolo en cada pequeña acción de su vida cotidiana: la primera de una larga lista habría sido, como se esperaba, realizada por otro. El sello maldito del clan Hyūga.

Vivió consumido por el enojo demasiado tiempo. Molesto con la rama principal, a la que culpaba del sello que se negaba a exhibir en su frente; molesto con las herederas de la misma, cuya falta de interés en los ideales a los que él debía devoción resultaba poco menos que insultante; incluso molesto con su propio padre, por no haber nacido antes que su hermano, condenándolo a una vida como un segundo. Fue un ave que, de tanto cantar en protesta, terminó por perder lo que más la caracterizaba, hundiéndose en el silencio.

Pero, al menos en un momento como ese, no quería quedarse callado.

Aunque los latidos de su corazón se volvieran tan erráticos, confundidos entre continuar con su lucha interna o dejarse seducir ante lo pacífica que era la muerte; aunque sus pulmones pronto se llenaran de sangre, producto de las perforaciones en ellos y, de sus labios, su accidentada respiración se viese interrumpida por el brote de dicho líquido, deslizándose por los mismos. Pese a todo eso, y a los desgarres en su garganta, un ave estaba dispuesta a entonar el último de sus cantos, coreada por las lágrimas de quienes buscaban con desesperación una solución que— él sabía— llegaría demasiado tarde.

—¡¿Por qué?! ¡¿Por qué, Neji?!— Naruto le había gritado.

Consideró, durante una fracción de segundo, dejar que su lado filosófico brotara en aquellos sus últimos momentos de vida. Quisiera o no, serían sus últimas palabras las que motivarían a Naruto cada vez que el recuerdo de su persona le sobreviniera en el futuro. Con las que Hinata tendría pesadillas, hasta que las secuelas de la guerra se difuminaran en el lugar más recóndito de su memoria, como un mal sueño. Así como él.

—Porque me has llamado genio...— no fue difícil encontrar su propia voz en aquél mar de lágrimas que humedecían la tela de su hombro, lo difícil fue volver a tomar aliento cuando las estacas se clavaban con tanta fuerza sobre su cuerpo— Naruto...

Solo un par de respiraciones más. "Tu vida ya no es solo tuya, también... incluye la mía ahora". Solo necesitaba unos cuantos segundos para poder decírselo; robarle a la vida un par de instantes, en los que sus alas se extendieran hacia la lejanía... en los que la tinta esmeralda, tan odiada por él durante años, finalmente se desvanecía de su frente.

—Tu vida-

—Muy emotivo, Hyūga. Pero haznos un favor y guarda esas energías para otro momento, porque tú no te mueres hoy— elevándose sobre los sollozos de los presentes, algo tan extraño como la determinación vociferó como el rugido mismo de la bestia que lo había condenado a muerte.

... ¿Haruno Sakura?

Neji Hyūga era un genio. Y había pasado toda su vida convencido de que así era, hasta que el ciclo de ésta se había completado.

O eso había pensado él.

A través de sus ojos [NejiSaku]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora